Por la justicia de género, hoy y siempre
A lo largo de la historia, las luchas de las mujeres y feministas por la libertad y la igualdad han sido un componente clave de las transformaciones y la justicia social. Desafortunadamente, las dificultades persisten y millones de mujeres nos movemos en nuestras comunidades y en nuestros barrios sobreviviendo a las desigualdades y las injusticias.
En todos los ámbitos, en todos los lugares del mundo, las mujeres nos enfrentamos a barreras en las leyes, en el empleo, en la salud, la educación, la familia, en el ejercicio libre de nuestras relaciones sexo-afectivas…
La violencia, la pobreza y la discriminación (en resumen el sistema patriarcal) siempre ha pretendido apartar a las mujeres del sitio que nos corresponde. Y ese sitio no es otro que el reconocimiento mutuo, el respeto, la dignidad, la autonomía, el poder de transformación y la libertad. Un lugar con derecho a tener derechos.
Hoy estamos aquí para celebrar el trabajo de miles de mujeres -de manera organizada y colectiva, así como individual, que trabajamos día a día para hacer de este mundo un lugar más justo y habitable. Mujeres de lugares como Honduras, Colombia, Túnez y el Estado español. Mujeres comprometidas que luchamos por la igualdad, la equidad y los derechos humanos.
Porque los derechos no nos pueden ser negados a las mujeres de ningún lugar del mundo. Los derechos no pueden ser negados a las mujeres afrodescendientes, lesbianas y transexuales, entre otras muchas diversidades del ser mujer. Tampoco pueden ser negados a las mujeres que ahora mismo luchan por la democracia en los países árabes. Porque esos derechos nos pertenecen, por justicia.
Para acabar con la discriminación, entre otras muchas estrategias transformadoras,es imprescindible promulgar leyes, hacerlas cumplir y establecer canales efectivos de rendición de cuentas para que las instituciones –desde aquéllas en las que se administra la justicia hasta las encargadas de diseñar políticas - informen sobre lo que están haciendo para eliminar dicha discriminación.
Con mayor o menor armonía, hoy nos hemos unido para bailar y compartir, para rendir este homenaje y sumarnos a la lucha de miles de mujeres y hombres que creen que un mundo más igualitario, justo y libre no es sólo posible, sino necesario.
Hoy nos hemos unido para que todos los bailes y todas las voces cuenten.
Alcemos la voz por la justicia de género y gritemos todas y todos: TU VOZ CUENTA.
Madrid, 6 de marzo de 2011