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Éxitos y retos de diez años de lucha contra la deuda externa

Temática: Cooperacion y Financiación para el Desarrollo.
Autoría: Torralba, Silvia
Año de Publicación: 2008
Entrevista a Eduard Ibáñez, director de Justícia i Pau; Esther Vivas, autora del libro En pie contra la deuda externa; y Iolanda Fresnillo, Daniel Gómez y Gemma Tarafa, del Observatorio de la Deuda en la Globalización, para tratar un tema: la deuda externa. Cambios, medios de lucha y situación actual son parte de las preguntas y respuestas.
En mayo de 1998, 70.000 personas se manifestaron en Birmingham contra la deuda externa aprovechando un encuentro del G7. Diez años después de esta primera protesta internacional, hablamos con expertos para hacer balance y encarar retos.

Durante la década de los años 80 y mediados de los 90, la población de los países del Sur empezó a movilizarse por decir ?no" al pago de la deuda externa y protestar contra los programas de ajuste estructural del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Pero no fue hasta 1996 que la lucha contra la deuda externa se internacionalizó. En mayo de 1998, con motivo de la cumbre del G7 en Birmingham, la campaña internacional de Jubileo 2000 reunió a más de 70.000 personas en las calles gritando contra la deuda y el tema entró a la agenda política.

Diez años después queremos repasar el trabajo hecho en este tiempo, la situación actual, los éxitos y los retos de futuro. Por eso hemos hecho una entrevista múltiple a Eduard Ibáñez, director de Justícia i Pau; Esther Vivas, autora del libro En pie contra la deuda externa; y Iolanda Fresnillo, Daniel Gómez y Gemma Tarafa, del Observatorio de la Deuda en la Globalización.

La cumbre del G7 en 1998 fue decisiva para el movimiento contra la deuda porque el tema entró en la agenda política. ¿Qué avances ha habido desde entonces? ¿Se han cumplido las promesas políticas?

Observatorio de la Deuda: El adelanto más importante en estos diez años es el hecho que la deuda externa es un tema recurrente en la agenda política internacional. Es decir, que desde 1998 la problemática de la deuda ha sido debatida en muchas otras reuniones del G7/G8, Naciones Unidas, FMI, BM... Aun así, todas las promesas políticas de cancelación de deuda han quedado en papel mojado, puesto que los países enriquecidos en estos diez años sólo han cancelado en torno a los 50.000 millones de dólares y la deuda que los países empobrecidos deben a la comunidad internacional ha continuado subiendo hasta lograr casi los 3 billones (millones de millones) de dólares. Por lo tanto, en el mejor de los casos se podría decir que sólo se ha cancelado el 2% del total de la deuda.

Además, no se puede obviar que los países a los cuales se les cancela la deuda previamente han de aceptar pasar duros exámenes del Fondo Monetario Internacional durante varios años. Pruebas que comportan serios ajustes estructurales para sus economías, con graves costes para la población de estos países.

Esther Vivas: El movimiento contra la deuda externa ha conseguido un impacto importante a nivel simbólico y en la percepción que la sociedad tiene hoy de esta cuestión. Pese a la dificultad que supone hacer cercana una temática como ésta, el movimiento ha conseguido, en líneas generales, sensibilizar a la opinión pública y vincular el concepto de la deuda a una idea amplia de "generación de pobreza".

A nivel institucional, pese a los numerosos pronunciamientos públicos por parte de organismos internacionales como el G8, los adelantos conseguidos han sido irrisorios. A la cumbre del G8 en Colonia, en junio de 1999, por ejemplo, sus miembros se comprometieron a anular el 90% de la deuda bilateral y multilateral de los 42 países más endeudados, pero mirando de cerca las cifras se observaba que estas tan sólo suponían un 3% de la deuda total de los países del sur. Hoy estos estados han reembolsado casi diez veces el total de la deuda del año 1980, pero aún así se encuentran cinco veces más endeudados.

Eduard Ibáñez: La cumbre fue un momento importante, puesto que por primera vez se reconocía públicamente y se priorizaba políticamente que este era y es un problema grave para el desarrollo, y se ponía en marcha un proceso importante de cancelación. El problema es que las medidas aprobadas eran absolutamente insuficientes, puesto que solamente se afrontaba un pequeña parte del conjunto de la deuda histórica, limitado a unos pocos países (los pobres más altamente endeudados) y solamente a una parte de su deuda. Además, se les sometía a determinadas condiciones que no siempre han resultado justas ni beneficiosas. Todo esto ha hecho que, pese a los adelantos, el problema continúe vigente en tantos países.

Por otro lado, es cierto que algunos gobiernos han cancelado por su cuenta una parte de la deuda a sus países deudores, iniciativa positiva, pero con el efecto perverso que las cantidades canceladas han sido disminuidas de los fondos dedicados a la cooperación al desarrollo.

¿De qué manera el movimiento contra la deuda ha repercutido en la creación de otras propuestas importantes como la vertebración del movimiento altermundialización y el trabajo en red entre norte y sur?

Esther Vivas: Las organizaciones contra la deuda con un perfil radical como Jubileo Sur o el CADTM a nivel internacional o la Red Ciudadana por la Abolición de la Deuda Externa en el Estado español fueron actores importantes en el impulso y la vertebración del movimiento antiglobalización al percibir que conjuntamente con otros movimientos sociales se podía apostar por otro modelo de globalización.

Estos actores, principalmente Jubileo Sur y el CADTM, se implicaron muy activamente en el movimiento antiglobalización y en el proceso de los foros sociales. Su vinculación con otros organizaciones campesinas, de mujeres, contra las multinacionales... permitió una "contaminación mutua", donde estos últimos asumieron como propia la demanda de anulación de la deuda mientras que los colectivos antideuda incorporaron nuevos enfoques feministas, anticorporativos, ecologistas.

Eduard Ibáñez: Ha sido uno de los frentes de lucha más importantes que han ayudado a que los movimientos sociales altermundistes dispongan de una agenda política común y potente para afrontar los grandes retos globales y, en particular, el de las desigualdades mundiales. Además, ha puesto sobre la mesa, como ninguna otra lucha, que la pobreza y las desigualdades en el mundo son en buena parte consecuencia de factores políticos en los cuales la responsabilidad del Norte rico ha sido y es todavía muy importante. El movimiento contra la deuda también ha sido una de las columnas vertebradoras del proceso del Foro Social Mundial.

Iniciativas como la Alianza Española contra la Pobreza, Enlazando Alternativas o el Tribunal Internacional de la Deuda han nacido posiblemente a consecuencia del trabajo hecho por el movimiento contra la deuda. ¿Esto quiere decir que el movimiento todavía es hoy en día muy activo? ¿En qué momento se encuentra?

Esther Vivas: El movimiento contra la deuda tuvo su máxima visibilidad pública el año 2000 a raíz de la campaña de Jubileo 2000 impulsada por la iglesia como una buena ocasión por pedir el "perdón" de las deudas. A raíz de esta movilización, organizaciones con un perfil más radical impulsaron también otras iniciativas. En el Estado español, además de la "Campaña Deuda Externa, Deuda Eterna?", promovida por organizaciones católicas, surgió la Red Ciudadana por la Abolición de la Deuda Externa (XCADE) que el marzo del 2000 organizó una masiva consulta popular coincidiendo con las elecciones generales que consiguió más de un millón de votos en contra de la deuda.

Un segundo periodo de movilización importante fue el año 2005, cuando tras la victoria en las urnas del PSOE algunas organizaciones percibieron la apertura de una oportunidad política para volver a colocar la cuestión de la deuda en la agenda.

Este contexto empujó a la constitución de la campaña ¿Quién debe a quién? En marzo de 2005, con la aprobación en el Congreso de los Diputados de una Proposición de Ley reguladora del tratamiento de la deuda externa, se dio un nuevo impulso a la movilización para incidir en el carácter de esta Ley, la cual fue finalmente aprobada en noviembre de 2006 sin contar con muchas de las propuestas hechas por parte de los movimientos sociales.

Mirando hacia el futuro, ¿cuáles son los retos externos e internos del movimiento contra la deuda?

Observatorio de la Deuda: Como sociedad civil, nuestra función no se puede quedar en sólo denunciar la existencia de deudas ilegítimas, reclamar auditorías y nuevas normas de financiación internacional. Los procesos de acumulación de deudas ilegítimas se han realizado a menudo en aras de la cooperación al desarrollo y del bienestar de la población. Desenmascarar esta realidad debe ser también nuestra función.

Debemos ser capaces de afrontar el tema de la deuda externa en relación a los diferentes procesos que caracterizan las relaciones Norte-Sur. Desde los tratados de libre comercio a la militarización tienen relación con los procesos de endeudamiento. Asimismo, y recogiendo la demanda de muchas de nuestras compañeros en el Sur, es necesario evidenciar la generación de deudas sociales, ecológicoa, históricas y de género.

Esta es una estrategia que hemos ido tratando de hacer en los últimos años pero nos queda todavía mucho trabajo por hacer: tratar de enlazar la lucha de la deuda con otras luchas y así ir teniendo claras todas "las piezas de este rompecabezas" que estamos intentando cambiar. Otro de los gran retos es llegar todavía además gente, gente no activista, no familiarizada con estos temas así como a medios de comunicación.

Eshter Vivas: A nivel interno hace falta mantener la dinámica de estos últimos años dónde los sectores más combativos han conseguido arrastrar a las organizaciones más moderadas hacia sus posturas (exigiendo la ilegitimidad de la deuda, el reconocimiento de una deuda histórica, social y ecológica del Norte respecto al Sur...) y marcar la pauta de la protesta a nivel internacional. A nivel del movimiento, hace falta continuar estableciendo alianzas con otros colectivos, bajo la premisa de unidad en la radicalidad, especialmente con las campañas de denuncia de las políticas comerciales y contra las Instituciones Financieras Internacionales con el objetivo de promover iniciativas conjuntas. Asimismo es importante continuar impulsando campañas y acciones de coordinación en el marco de los foros sociales.

Por otro lado, hace falta también mantener la tensión y la visibilidad pública sobre la cuestión de la deuda así como su mantenimiento en la agenda política. Un tema importante para el movimiento es la emergencia en los últimos años en América Latina de gobiernos que rompen parcialmente con el neoliberalismo como el de Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia, y Correa en Ecuador. Este hecho abre nuevas posibilidades para la lucha contra la deuda externa y para conseguir posicionamientos conjuntos de los países del Sur contra el pago de la deuda, pero hace falta que los movimientos sociales los presionen.

Eduard Ibáñez: Hace falta continuar en la línea de dar a conocer a la opinión pública que el problema sigue vigente, puesto que se ha ido instalando una sensación de que ya se ha perdonado mucho deuda y que el tema va quedando resuelto, cuando esto no es así. No nos podemos quedar en la reivindicación del mensaje de abolición, sino que hace falta continuar explicando más y mejor por qué es injusto y divulgar el impacto negativo de esta deuda en las economías más débiles. En este sentido, por ejemplo, la devolución de la deuda continúa significante todavía una cantidad cinco o seis veces superior a toda la ayuda oficial al desarrollo que reciben los países pobres. Y hace falta denunciar que la cancelación a menudo se hace computándola como ayuda.

Por otro lado, es el momento de empezar a cuestionar y pedir la cancelación de buena parte de la deuda externa privado que sufren muchos países pobres, que también es injusto, además de estudiar y divulgar cómo han funcionado los procesos de cancelació producidos: ¿han sido beneficiosos? ¿qué consecuencias políticas y económicas han tenido? ¿Han conducido a un buen uso de los fondos liberados? ¿han contribuido a una mayor soberanía de los países beneficiados?

En el Estado español, ¿cuáles son los retos de nuestras administraciones en cuanto a la deuda externa?

Observatorio de la Deuda: Las competencias en la gestión de la deuda externa recaen únicamente y exclusiva en la administración central. El Estado debería establecer una moratoria del cobro de la deuda que terceros países tienen contraído con él y auditar el origen de los créditos emitidos hasta ahora por el Estado español, puesto que se sospecha que hay las suficientes evidencias que los créditos que han originado esta deuda son ilegítimos. En caso de que la auditoría lo demostrara haría falta cancelar esta deuda y exigir responsabilidades. Estas auditorías deberán ser mixtas entre la sociedad civil y el Parlamento español.

Sólo en el año 2006, último año del que tenemos cifras, el Estado cobró en concepto de servicio de la deuda 2.051 millones de euros mientras que la AOD destinada al Sur fue de 3.028 millones de euros. Es decir, 2/3 partes de lo que se dio como AOD fue recobrado en concepto de retorno de la deuda externa. A la vez haría falta que el Gobierno Central revisara, reformulara y legislara los mecanismos que continúan originando deuda en los países del Sur, como son los créditos FAD y los seguros CESCE, tal y como los exige la Ley de la Gestión de la Deuda Externa.

Esther Vivas: El trabajo de movilización y de presión de las organizaciones contra la deuda al Estado permitió la aprobación de una Ley reguladora de la deuda externa, en noviembre de 2006, que significaba un cierto adelanto en materia de transparencia informativa, desvinculación de la compra de bienes y servicios en las conversiones de deuda... pero se quedaba muy por debajo de las demandas que exigía el movimiento. Por ejemplo no consideraba ninguna responsabilidad del gobierno español en el origen del endeudamiento y en consecuencia no se podían anular las deudas contraídas por la venta de armas, por financiación de proyectos que respondían a intereses comerciales, etc. Tampoco se creaba una Comisión Parlamentaria Permanente sobre la deuda que permitiera establecer responsabilidades sobre la concesión de créditos ilegítimos; y además se continuaban contabilizando las operaciones de deuda como Ayuda Oficial al Desarrollo. Todavía queda muy para que el gobierno recoja las demandas de los movimientos sociales.

Por otro lado, ¿qué papel pensáis que ha tenido Internet en la movilización del movimiento contra la deuda a nivel global?

Observatorio de la Deuda: Ha sido de gran ayuda en la movilización de la deuda externa a nivel global así como en otras movilizaciones. Internet y la red nos han permitido acceder a todo tipo de información relacionada con el tema, para estar al día de los datos reales de la deuda, de los acuerdos que algunos Gobiernos han ido tomando, del incumplimiento o no de estos acuerdos... y para saber qué pasos pasas están dando las diferentes organizaciones y redes.

Ha permitido fortalecer el movimiento de la deuda, cuando menos nos ha "ayudado" a hacer que interaccionen diferentes redes y organizaciones. Tirar adelante la Semana de la Deuda, tal y como hicimos en octubre del año pasado, y hacerlo al mismo tiempo que todos los grupos que luchan contra la deuda externa al Estado español y en el resto del mundo, en gran medida es gracias a herramientas como internet. Además, nos ha permitido llegar más lejos en nuestras acciones de denuncia y presión.

Pero por otro lado también hay muchas limitaciones. No olvidamos que todavía hay muchas personas que no usan esta herramienta para informarse y que hace falta combinarla con otras herramientas que ya usábamos antes de que internet y la red aparecieran. Es importante no olvidar que las organizaciones y redes, pese a se pueden coordinar vía internet, lo deben seguir haciendo en ocasiones físicamente. Esta vía sigue siendo muy necesaria cuando queremos profundizar en determinados temas, o queremos "humanizar" más todo este proceso.
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