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Remesas, Estado y desarrollo

Temática: Cooperacion y Financiación para el Desarrollo.
Autoría: Tedesco, Laura
Año de Publicación: 2008
En la década de los noventa, la inversión extranjera directa volvió a ocupar un lugar privilegiado como instrumento para el desarrollo. Sin embargo, en los últimos años, las remesas, esos fondos privados que los inmigrantes envían a sus países de origen para ayudar a sus familias, han aumentado numéricamente y han contribuido a crear nuevos debates en los estudios de desarrollo. El objetivo de este trabajo es analizar hasta qué punto las remesas pueden ser consideradas vehículos de desarrollo nacional o local o si, por el contrario, deberían ser analizadas como fondos privados capaces de generar un limitado crecimiento económico como consecuencia del efecto multiplicador.

En primer lugar, el trabajo presenta los debates principales sobre el impacto que las remesas pueden tener en el desarrollo económico de los países. En segundo término, se presentan las cifras de las remesas registradas y, finalmente, se ofrece un análisis sobre la industria de las remesas resaltando especialmente el papel de España. Las conclusiones de este trabajo describen el papel que estos flujos monetarios pueden desempeñar en la construcción de los Estados.

1* Remesas y desarrollo: Debates sobre su impacto.

El incremento de las remesas ha alimentado las expectativas sobre su impacto en el desarrollo económico de los Estados receptores. Este trabajo presenta un estudio sobre el crecimiento de las remesas, su impacto en la economía de los países receptores y su papel como instrumentos para el desarrollo[1]. ¿Pueden las remesas establecer las bases para el crecimiento económico sostenible? ¿O son sólo fondos privados que tienen un impacto limitado al ámbito familiar y local? ¿Pueden ayudar a reducir la pobreza? .Las remesas son ante todo una consecuencia de los movimientos migratorios que han ido aumentando en los últimos años. Representan la contrapartida de historias personales de abandono, coraje e incertidumbre. Son, además, una manifestación de los fracasos de los Estados del Tercer Mundo en ofrecer posibilidades de trabajo a sus ciudadanos y están estrechamente relacionadas con la pobreza, la falta de oportunidades y la lucha por la supervivencia. Tienen, asimismo, un lado oscuro y negativo: un impacto económico en los países del Tercer Mundo que pierden fuerza de trabajo con los movimientos migratorios, un impacto demográfico tanto a nivel local como nacional, y un impacto familiar. Existen factores económicos, políticos y personales que contribuyen a explicar los movimientos migratorios como, por ejemplo, las brechas de ingresos per cápita entre los distintos países; las crisis económicas, financieras y de crecimiento; el desempleo y la informalidad de los mercados laborales de los países del Tercer Mundo; la inestabilidad económica y política; los persistentes ciclos de autoritarismo y democracia limitada; los conflictos internos; la violencia urbana y rural y la incertidumbre del futuro personal, familiar y nacional. Por otra parte, los países más industrializados del Primer Mundo han atravesado en las últimas décadas una fase de crecimiento económico. Los ciclos económicos expansivos, los trabajos temporales relacionados con la agricultura, el envejecimiento poblacional y la incorporación de la mujer al mercado de trabajo son factores que explican las ofertas laborales que impulsan las migraciones. Las remesas muestran que los inmigrantes se integran rápidamente en los mercados laborales de los países de acogida y generan un ahorro que transforman en envíos a sus familias. Los inmigrantes mandan remesas por distintas motivaciones. Algunos estudios han identificado cuatro razones principales que sustentan el envío de remesas: la motivación puramente altruista de ayuda a sus familiares; el interés personal cuando el envío de remesas está orientado a diversificar los ahorros del inmigrante; el reembolso de inversiones previas en la educación y en el viaje del inmigrante; y la diversificación de fuentes de ingreso y seguro familiar cuando la partida del inmigrante es considerada por los familiares como una estrategia de inversión, una diversificación de los recursos financieros de la familia y un seguro[2]. Las remesas son fundamentalmente un ingreso adicional para las familias que las gestionan de acuerdo a sus necesidades más inmediatas y a sus estrategias de supervivencia. En muchos casos, las cifras muestran que estos envíos pueden llegar a doblar el sueldo mínimo del país de origen[3]. Paralelamente al crecimiento de las remesas han surgido varios debates en torno al impacto que estos flujos pueden tener sobre la pobreza y el desarrollo económico.
Debates sobre las remesas.
  • ¿Reducen los niveles de pobreza de los hogares receptores?
  • ¿Impulsan la caída de los niveles de desigualdad o, por el contrario, incrementan la desigualdad creando nuevas diferencias entre hogares receptores y no receptores?
  • ¿Ayudan a que los hogares receptores incrementen su inversión en capital humano, ya sea en educación o atención de la salud?
  • ¿Ayudan a disminuir el abandono escolar?
  • ¿Incentivan el crecimiento económico?
  • ¿Impulsan alcanzar el crecimiento económico sostenible?
El uso de las remesas es fundamental para entender su impacto en el desarrollo. Estudios recientes consideran que son, en primer lugar, utilizadas para financiar gastos corrientes o diarios, gastos en educación y atención sanitaria. En América Latina y el Caribe algunas encuestas del año 2005 mostraron que los gastos corrientes como los alimentos, el alquiler y los servicios públicos absorbieron el 46 por ciento de las remesas recibidas en Brasil y el 84 por ciento en El Salvador. Los gastos en educación alcanzaron el 2 por ciento en Ecuador y el 17 por ciento en República Dominicana; la inversión en emprendimientos económicos llegó al 1 por ciento en México y al 10 por ciento en Brasil y Guatemala. Los ahorros de las remesas recibidas alcanzaron el 11 por ciento en Guatemala y las dirigidas a comprar una vivienda en Brasil representaron el 7 por ciento del dinero recibido[4]. Estudios sobre el impacto de las remesas en la educación de los niños estiman que las posibilidades de abandono escolar disminuyen en los hogares receptores de El Salvador[5]. Otros análisis realizados en México demuestran que los envíos de dinero tienen un impacto positivo en la reducción de la mortalidad infantil ya que estos ingresos permiten mejorar las condiciones de la vivienda, los servicios básicos como el agua potable o a que la madre deje de trabajar para el cuidado del niño[6]. En Guatemala, Honduras, El Salvador, México y Ecuador alrededor del 72 por ciento de las remesas son utilizadas para financiar gastos en alimentos, servicios públicos, vivienda o créditos hipotecarios. El 7 por ciento se ahorra, el 6 por ciento se utiliza en educación y el 1,8 por ciento en la compra de vivienda[7]. Un estudio del Banco Mundial en Guatemala concluyó que las familias que reciben remesas tienen un nivel educativo más alto, menos hijos y, en su mayoría, viven en zonas urbanas. A su vez, estas familias gastan menos en alimentos y más en vivienda y educación[8]. Respecto de la reducción de la pobreza, estudios de la CEPAL muestran que el impacto de las remesas en la pobreza a nivel nacional no es muy significativo para América Latina[9]. A nivel nacional, el impacto de las remesas varía según se calculen como proporción del Producto Interior Bruto (PIB), de las exportaciones o por habitante. En América Latina y el Caribe hay tres países en los que representan más del 20 por ciento del PIB: Haití, Nicaragua y Jamaica, mientras que en El Salvador, Honduras, Guyana y República Dominicana representan entre el 10 y el 20 por ciento.[10] En algunos casos, los inmigrantes organizan fondos nacionales o por comunidades y envían remesas conjuntas. Este es el caso de muchos salvadoreños residentes en Estados Unidos y de asociaciones de mexicanos en ese país. En el estado mexicano de Zacatecas, el gobierno local otorga fondos de contrapartida por las remesas recibidas y se han financiado proyectos de mejoramiento urbano y micro-emprendimientos[11].
Las remesas y la economía colombiana.
  • Entre 1995 y 2006 el monto de las remesas se multiplicó casi por cinco, alcanzando los 3.890 millones en 2006. En 1995 sólo era de 809 millones de dólares.
  • En 2003 Colombia recibió 3.060 millones de dólares en remesas y 1.758 millones en Inversión Extranjera Directa (IED) [12].
  • En 2006 las remesas representaban el segundo rubro en importancia de la cuenta corriente.
  • La edad media de los receptores es de 40 años y el 76 por ciento son mujeres. Más de la mitad no tiene sueldo fijo. La mayoría de los receptores se ubican por debajo de la línea de pobreza.
  • Entre el 61 y el 68 por ciento de las remesas se destinan a gastos corrientes como, por ejemplo, alimentos, ropa, alquileres o pago de los servicios. Entre el 10 y el 15 por ciento se utiliza para gastos referidos a la salud y la educación. El 4 y el 6 por ciento se ahorra y la misma proporción se destina para crear negocios, mientras que entre el 3 y el 6 por ciento va a la compra de viviendas.
  • Los montos recibidos superan generalmente el salario mínimo colombiano. Esto genera una cultura del ocio, particularmente en las zonas que exportan mano de obra.
  • Las remesas permiten sobrevivir a los más débiles, ya que a menudo representan su único ingreso. Ello es notable especialmente en el caso de los jubilados que no pertenecen al sistema nacional de pensiones.
Fuente: David Khoudour-Castéras "Migraciones internacionales y desarrollo: el impacto socioeconómico de las remesas en Colombia", Revista de la CEPAL 92, Agosto 2007, pp. 143-161.
Todavía no ha surgido un consenso sobre el efecto de las remesas en el crecimiento económico de los países. Distintos análisis presentan conclusiones opuestas. Mientras algunos sostienen que aumentan el dinero disponible para consumo e inversión y pueden tener un efecto positivo en el nivel de actividad y en el crecimiento a medio plazo, otros estudios afirman que las remesas son transferencias privadas cuyo fin es enfrentar situaciones económicas en los países receptores y son, por lo tanto, contra-cíclicas con correlaciones negativas a la tasa de crecimiento del PIB per cápita[13]. Aunque algunos analistas las consideran una opción para impulsar el crecimiento económico y mejorar el bienestar de las poblaciones más pobres, otros más pesimistas ven en las remesas otro factor que aumenta la dependencia de los países. La experiencia muestra que en lugares como Argelia, Marruecos o México, que han recibido remesas durante varios años, esos ingresos no se han podido traducir en desarrollo económico. Sin embargo, las remesas son hoy una necesidad para muchos ciudadanos y en algunas ocasiones son su único ingreso. En la mayoría de los casos, son utilizadas para satisfacer necesidades básicas o mejorar la educación de los hijos. Si se emplean para establecer pequeñas empresas, éstas se encuentran, en general, dentro de una lógica de subsistencia, pertenecen al sector informal y tienen una vida relativamente corta.[14]. A pesar de las incertidumbres respecto a las cifras y al impacto económico de las remesas, se debe destacar que aproximadamente el 10 por ciento de la población mundial recibe remesas.
Existen 150 millones de inmigrantes en el mundo que en el año 2006 enviaron 300 mil millones de dólares a sus familias en transacciones de 100, 200 y 300 dólares. En total, estos envíos sumaron 1,5 mil millones de transacciones financieras[15]. Esto supone un gran esfuerzo para paliar la pobreza y las necesidades de millones de individuos y constituye, o puede constituir, una contribución ejemplar al desarrollo económico y social individual, familiar y local.
Las cifras de las remesas impulsan el debate sobre su impacto en el desarrollo de los países receptores. Por esta razón, las agencias de cooperación, los departamentos de desarrollo nacionales, los cooperantes y los decisores políticos las consideran como un instrumento con un alto potencial para impulsar el desarrollo. Sin embargo, los debates muestran ciertas dudas sobre el impacto que puedan llegar a tener. Una de las cuestiones más recurrentes es que, en general, los emigrantes no pertenecen a los estratos más bajos de la sociedad, por lo que los beneficios de las remesas no llegan a los más pobres[16]. De acuerdo con los estudios del Banco Mundial, los envíos de dinero influyen positivamente en las economías receptoras, reducen los niveles de pobreza, aumentan los índices de escolaridad y contribuyen a mejorar los indicadores de salud. Sin embargo, estos estudios puntualizan que el impacto tiende a ser moderado.
Según estudios recientes, un incremento del 10 por ciento en las remesas per cápita llevaría a una reducción del 3,5 por ciento en el porcentaje de personas que viven en la pobreza. Otros estudios puntualizan que un incremento del 2,5 por ciento proporcional al PIB puede asociarse a un 0,5 por ciento de descenso en los niveles de pobreza[17].
Por ser flujos privados, las remesas son difíciles de predecir. Algunos análisis económicos sostienen que son contra-cíclicas. Esto sería, en principio, altamente beneficioso para los países receptores, ya que frente a crisis económicas en sus países de origen los inmigrantes tienden a enviar una mayor cantidad de dinero o la misma cantidad con mayor periodicidad. Pero, por otro lado, las remesas son altamente dependientes de las economías de los países desarrollados o emisores de remesas como Estados Unidos o los países europeos. Por ejemplo, las remesas que recibe México han crecido solamente 1,4 por ciento durante los nueve primeros meses del 2007 comparado con un 20 por ciento anual entre el 2002-2006. Esto se explica principalmente por la crisis del mercado laboral estadounidense especialmente en el rubro de la construcción[18]. Los debates sobre el impacto económico de las remesas en los países receptores y su papel en la promoción del desarrollo y la reducción de la riqueza hay que enmarcarlos en la volatilidad de un flujo privado, dependiente de la macroeconomía de los países emisores y su mercado laboral, así como de las circunstancias personales de los inmigrantes. Las remesas no pueden constituirse en un pilar del desarrollo nacional, pero sí pueden ser aprovechadas, mientras existen y crecen, para paliar los fracasos de los Estados nacionales y locales orientándolas a mejorar la calidad de vida de los segmentos más pobres. Esfuerzo y objetivo que tienen los inmigrantes cada vez que envían su dinero hacia su país de origen.
Impacto económico y social.
  • Las remesas se destinan a comprar alimentos, pagar alquileres y acceder a servicios (educación y salud, principalmente).
  • Su impacto en la educación muestra que las posibilidades de abandono escolar tienen a disminuir en los hogares receptores.
  • Afectan indirectamente a la mortalidad infantil. En los hogares receptores existe una tendencia a la reducción de la mortalidad infantil ya que el dinero permite mejorar las condiciones de la vivienda o acceder a los servicios de salud.
  • Los hogares receptores tienen una mayor capacidad de ahorro e inversión en micro-emprendimientos. Éstos se ubican, en general, en una lógica de subsistencia y en el mercado informal.
  • Las remesas ayudan a aumentar el consumo.
  • Estos impactos son importantes a nivel micro y pueden cambiar sustancialmente la calidad de vida de las familias receptoras.
  • Sin embargo, el impacto de las remesas a nivel macroeconómico es moderado.

NOTAS:
  1. ® Este Documento de Trabajo es una continuación de otros estudios de la misma autora publicados por FRIDE sobre la formación del Estado en el mundo en desarrollo. En ellos se analizan los recursos políticos y económicos que los países pueden utilizar en la construcción de instituciones. Ver: Laura Tedesco, "La era de la globalización: Estados bajo presión", Informe de Conferencia 03, FRIDE; "¿Relaciones conflictivas? Inversiones extranjeras y Estado en América Latina", Comentario, FRIDE, Octubre 2008; "El Estado en América Latina, ¿Fallido o en proceso de formación?", Documento de Trabajo 37, FRIDE, 2007. Disponibles en www.fride.org.
  2. ® Solimano, A (2004) Remittances by Emigrants: Issues and Evidences en A. Atkinson (ed) New Sources of Development Finance (Oxford University Press).
  3. ® Si bien existen cifras y estudios que presentan el incremento de las remesas, es necesario destacar que existe un problema en la disponibilidad de los datos y en la certeza de éstos, ya que existe una gran cantidad de canales informales de movimiento de remesas. Por lo tanto, se estima que el crecimiento es aún mayor del registrado y que una gran cantidad de hogares son receptores no contabilizados.
  4. ® López-Córdoba, E. y Olmedo A. (2007) La migración internacional, las remesas y el desarrollo: Una visión general en INTAL, Integración y Comercio 27, Julio-Diciembre, pp. 1-20.
  5. ® Ibidem., p. 9.
  6. ® Ibidem., p. 10.
  7. ® Ver Solimano, A. y Allendes, C. (2007) Migraciones internacionales, remesas y el desarrollo económico, Macroeconomía del Desarrollo 59, CEPAL, Naciones Unidas.
  8. ®Adams, J. (2005) Remittances, Household Expenditure, and Investment in Guatemala, WPS 3532, World Bank.
  9. ® Ver Solimano, A. y Allendes, C. (2007), op. Cit.
  10. ® Ibidem.
  11. ®Ellerman, D. (2003) Policy Research on Migration and Development, World Bank Policy Research Working Paper 3117.
  12. ®Esta situación se modifica en 2005 cuando la inversión extranjera superó a las remesas principalmente por la entrada de 8.000 millones de dólares por la compra del grupo Bavaria por parte de una compañía británico-sudafricana. En 2006 la inversión volvió a ser superior pero por una diferencia mucho menor. Esto demuestra que el ingreso de remesas ha sido más estable. Ver David Khoudour- Castéras "Migraciones internacionales y desarrollo: el impacto socioeconómico de las remesas en Colombia", Revista de la CEPAL 92, Agosto 2007, pp. 143-161.
  13. ® Ver Solimano, A. y Allendes, C. (2007), op. cit., p. 42.
  14. ® David Khoudour-Castéras, op. cit., pp. 143-161.
  15. ® IFAD (2007) Sending Money Home (IFAD: Italy).
  16. ® Acosta, P., Fajnzylber, P. y López, H. (2007) The impact of remittances on poverty and human capital: Evidence from Latin American Household Surveys, World Bank Policy Research Working Paper 4247.
  17. ®Acosta, P., Calderón, C.; Fajnzylber, P. y López, H. (2007) What is the impact of international remittances on poverty and inequality in Latin America, World Bank Policy Research Working Paper 4249.
  18. ® Ratha, D. Mohapatra, S. Vijayalakshmi, K y Zhimei Xu (2007) Migration and Development Brief 3·, Development Prospects Group, Migration and Remittances Team, World Bank.

2* Las remesas en cifras.

El reciente crecimiento de las remesas ha superado los flujos de inversiones extranjeras y los destinados a la cooperación internacional. Los envíos de dinero registrados representan el doble de la ayuda oficial al desarrollo y casi dos tercios de los flujos de Inversión Extranjera Directa dirigidos hacia los países en desarrollo [19]. Según datos del Banco Mundial, las remesas alcanzaron los 268 mil millones de dólares en 2006 [20]. Se estima que llegaron a los 318 mil millones de dólares en 2007. Un año antes, 221 mil millones del total fueron enviados a países en desarrollo y 240 mil millones en 2007 [21]. Las remesas enviadas desde la Unión Europea (UE) por inmigrantes no europeos a sus países de origen ascendieron de 17 mil millones de euros en 2005 a 19,1 mil millones en 2006. El país que más envía es España, seguido del Reino Unido, Italia, Alemania y Francia. En 2005, los inmigrantes no europeos enviaron, desde España, 4,2 mil millones de euros y 5,6 mil millones en 2006. Los inmigrantes europeos que residen en otros países de la UE mandaron 6,2 mil millones de euros en 2005 y 7 mil millones en 2006 [22]. Sumando los flujos que van hacia dentro y hacia fuera de la Unión, la cifra alcanzó los 26,1 mil millones de euros en 2006.
Principales corredores de remesas enviadas desde la UE en 2006.
  1. España - Colombia
  2. España - Ecuador
  3. Alemania - Turquía
  4. Francia - Portugal
  5. Francia a Marruecos
  6. Italia - Rumania
  7. España - Bolivia
  8. Italia - China
  9. Reino Unido - India
  10. Reino Unido - Irlanda
  11. Italia - Filipinas
  12. Portugal - Brasil
  13. Francia - Argelia
  14. Grecia - Albania
  15. Bélgica - Marruecos.
Fuente: Eurostat (2007) Remittances flows to and from the EU, European Commission.
En 2007, los países que más remesas recibieron fueron India, México y China. Divididos por regiones, Asia y Oceanía acumularon en 2006 113.055 millones de dólares, América Latina y el Caribe 67.905 millones, Europa 50.805 millones, África 38.611 millones y Oriente Próximo 28.449 millones[23].
África.
  • 32.808.000 emigrados.
  • Remesas en 2006: 38.611 millones de dólares.
  • Grandes receptores (en millones de dólares):
    • Marruecos: 6.116.
    • Argelia: 5.399.
    • Nigeria: 5.397.
    • Egipto: 3.637.
    • Túnez: 1.559.
Estudios del Banco Mundial aseguran que África, especialmente la región subsahariana, podría recaudar unos 30 mil millones de dólares anuales impulsando las remesas y los bonos de la diáspora (diaspora bonds). Este incremento se debería a una combinación de la reducción de los costes de las remesas, los bonos de la diáspora, y asegurando un caudal constante de remesas a través de medidas económicas que las beneficien. Los bonos son un mecanismo financiero relativamente nuevo. Son instrumentos de deuda que los gobiernos lanzan a los mercados para recaudar fondos de sus emigrados. Los bonos de la diáspora se pueden destinar al crecimiento económico de los países de origen. Los emigrados de India e Israel han recaudado 11 mil millones y 25 mil millones respectivamente en décadas recientes. Las Filipinas y Ghana han comenzado a lanzar este tipo de bonos [24].
Asia y Oceanía.
  • 50.839.000 emigrados.
  • Remesas en 2006: 113.055 millones de dólares.
  • Grandes receptores (en millones de dólares):
    • India: 24.504.
    • China: 21.075.
    • Filipinas: 14.651.
    • Bangladesh: 8.108.
    • Vietnam: 6.822.
La particularidad de Asia y Oceanía es que el flujo de las remesas en las zonas rurales asiáticas es muy elevado. Asimismo, su impacto y porcentaje respecto del PIB es también muy alto. Por ejemplo, en Tayikistán las remesas representaron el 36,7 por ciento del PIB en 2006, en Laos el 34,5 por ciento, en Kirguizistán el 31,4 por ciento, y en Afganistán el 29,6 por ciento. El impacto de las remesas así calculado está directamente relacionado con el tamaño de la economía nacional. Si en Afganistán representaron casi el 30 por ciento del PIB con tan sólo 2.485 millones de dólares, en India con 24.504 millones de dólares, sólo representaron el 2,7% del PIB en el año 2006 [25].
América Latina y el Caribe.
  • 30.403.000 emigrados.
  • Remesas en 2006: 67.905 millones de dólares.
  • Grandes receptores (en millones de dólares):
    • México: 24.254.
    • Brasil: 7.373.
    • Colombia: 4516.
    • Guatemala: 3.557.
    • El Salvador: 3.328.
Las remesas se han convertido en cruciales para las economías latinoamericanas. En 2004 se alcanzaron los 40 mil millones de dólares, el 27 por ciento del total de las remesas mundiales. En los últimos 15 años, el crecimiento anual de los envíos de dinero ha alcanzado el 15 por ciento. La importancia de las remesas varía de acuerdo a los países. Por ejemplo, en Haití representan más del 50 por ciento del PIB, en Honduras y El Salvador entre el 15 y el 20 por ciento, y en Guatemala, Nicaragua y la República Dominicana entre el 10 y el 12 por ciento. En Guatemala, Honduras, El Salvador y la República Dominicana las remesas equivalen a 14, 4, 3 y 2 veces la inversión extranjera directa, respectivamente.
Oriente Próximo.
  • 12.594.000 emigrados.
  • Remesas en 2006: 28.449 millones de dólares.
  • Grandes receptores (en millones de dólares):
    • Turquía: 7.477.
    • Líbano: 5.723
    • Irak: 3.238
    • Jordania: 2.681
    • Irán: 2.001.
En Oriente Próximo existen amplias diferencias entre los grandes receptores si se analiza el impacto de las remesas en la economía nacional: mientras que el flujo en Turquía representó el 1,9 por ciento del PIB, en Líbano alcanzó el 25,2 por ciento. En promedio, las remesas representan en esta región un 4 por ciento del PIB y un 13 por ciento de las exportaciones.
Europa.
  • 31.374.000 emigrados.
  • Remesas en 2006: 50.805 millones de dólares.
  • Grandes receptores (en millones de dólares):
    • Rusia: 13.794.
    • Ucrania: 8.471.
    • Rumania: 4.795
    • Polonia: 4.760
    • Serbia y Montenegro: 3.642.
Otros países europeos que reciben remesas son Albania y la República de Moldavia. En este último caso, los envíos de dinero de sus emigrados tienen una especial importancia ya que representan el 30 por ciento de los ingresos nacionales[26].
Tendencias recientes.
  • En el primer cuatrimestre de 2008 la tendencia de crecimiento tiende a disminuir, especialmente en los países receptores cuya principal fuente de remesas son los inmigrantes en Estados Unidos. Es el caso, por ejemplo, de Guatemala, El Salvador, Honduras, República Dominica y México.
  • En Pakistán, la tendencia es creciente. En los siete primeros meses del año fiscal 2007/2008, este país recibió 3,26 mil millones de dólares, lo que representó un aumento del 22,4 por ciento. En enero de 2008, el flujo alcanzó los 557 millones de dólares. Esto representa un aumento del 42 por ciento respecto de enero de 2007.
  • En febrero de 2008, Bangladesh recibió 689 millones de dólares, un aumento del 38 por ciento. Las remesas aumentaron un 26 por ciento y alcanzaron los 4,84 mil millones de dólares entre julio de 2007 y enero de 2008.
  • En 2007, India fue el mayor receptor con 27 mil millones de dólares, seguido de China con 25,7 mil millones, México con 25 mil millones, Filipinas con 17 mil millones y Francia con 12,5 mil millones.
  • En Italia, la región de Lombardia envió 756 millones de dólares en remesas..
Fuente: Migrant Remittances, Vol. 5, Nº 2, Mayo 2008.

NOTAS:
  1. ®Ibidem.
  2. ® Eurostat (2007) Remittances flows to and from the EU, European Commission.
  3. ® Ratha, D. Mohapatra, S. and Vijayalakshmi, K y Xu, Z. (2007), op. cit.
  4. ® Eurostat (2007) Remittances flows to and from the EU, European Commission. http://epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/ITY_OFFPUB/KS-RA-07-025/EN/KS-RA-07-025-EN.PDF
  5. ® IFAD (2007), op. Cit.
  6. ® World Bank, New ways to finance Development in Sub-Saharan Africa, Abril 2008, www.econ.worldbank.org.
  7. ® IFAD (2007), op. Cit.
  8. ® La gran mayoría de estas cifras se encuentran en IFAD (2007), op. cit.

3* La industria de las remesas.

El incremento de las remesas ha contribuido a establecer una industria alrededor de estos movimientos de capitales. Con el crecimiento reciente de estos flujos, el sector se ha visto modificado. Entre los factores de cambio en el sector se encuentran: una tendencia decreciente de los costes; un incremento del nivel competitivo de las empresas remesadoras (con la consolidación de pequeñas empresas, lo que beneficia la desaparición de los canales informales); un interés cada vez mayor por parte de los bancos en captar estos flujos; y un incremento de la regulación del sector por parte de los gobiernos nacionales[27]. El debate sobre los costes es crucial y, sin duda, ha contribuido a una reducción de casi 5 puntos porcentuales entre el año 2000 y 2007. La gran mayoría de los flujos se canalizan a través de las empresas remesadoras, a pesar de que los usuarios de bancos o cajas de ahorro tienden a pagar menos o nada por el envío. Las remesadoras absorben entre el 75 y el 90 por ciento del total del flujo de remesas. Estas empresas actúan únicamente como transmisoras de remesas sin ofrecer otro tipo de servicio bancario o financiero. La ventaja comparativa de este tipo de negocio es que transfieren el dinero rápida y eficazmente, ya sea en grandes o pequeñas cantidades y a casi todos los lugares del mundo. Hasta ahora, los bancos no se habían involucrado en el mundo de las remesas. La estructura de los bancos es menos diversificada y los sistemas de pago son más lentos. Estas dos características limitan la eficacia de los bancos y les hace perder competitividad frente a las remesadoras. Las operaciones bancarias implican mayores requisitos, especialmente de documentación. Por esta razón, los inmigrantes ilegales o aquellos que trabajan en el mercado informal, prefieren utilizar el servicio de las remesadoras. Finalmente, muchos inmigrantes mantienen una cierta desconfianza hacia los bancos relacionada a las crisis financieras en sus países de origen o al bajo nivel de bancarización de algunas sociedades[28]. Los estudios económicos y debates sobre este tema destacan la necesidad de una bancarización de las remesas. Sin embargo, muchos receptores viven en áreas rurales y esto dificulta el proceso de bancarización. A pesar de ello, los estudios plantean la necesidad de alcanzar acuerdos entre las remesadoras y los bancos para ofrecer, tanto a los emisores como a los receptores, servicios bancarios y financieros. Si la mayoría de transacciones de remesas se realizase a través de los bancos, el flujo de remesas que llega a algunas economías podría beneficiar la cantidad de fondos prestables por el sistema financiero doméstico. Este flujo privado que llega a las economías nacionales se ha convertido en una atracción para los gobiernos. En el año 2007, Bolivia creó un impuesto a las remesas similar al existente en Colombia. Mientras este último país aplica una carga del 0,4 por ciento de cada remesa que los inmigrantes envían a sus familiares, el Banco Central de Bolivia impone un 1 por ciento. Se calcula que el gobierno colombiano recaudó, en el año 2007, aproximadamente 6,7 millones de dólares sólo de los inmigrantes que residen en España. Brasil también aplica un impuesto indirecto que supone el 0,38 por ciento de las remesas recibidas. La cuestión de los impuestos ha aumentado el debate sobre estos fondos. Las remesas son privadas, un asunto familiar, una transferencia de fondos entre individuos y los gobiernos no deberían intervenir en estas operaciones. Aún más, cuando las causas de la emigración están, en general, relacionadas con el fracaso de los Estados en proveer a sus ciudadanos con las posibilidades de alcanzar una vida digna. Las remesas son un paliativo para las condiciones de pobreza de algunas familias. Son dinero privado que se utiliza para consumo privado o establecimiento de pequeños negocios. Aunque se han convertido en un flujo monetario muy importante para algunas economías de la región, las remesas no pueden ser el pilar de un modelo de desarrollo ni financiar las deficiencias estatales.
Una industria en crecimiento.
  • Tendencia decreciente en los costes de transferencia.
  • Alta competitividad entre las empresas remesadoras.
  • Papel incipiente de los bancos en la gestión.
  • Tendencia reguladora e impositiva de los gobiernos de los países receptores.

NOTAS:
  1. ® Orozco, M. (2006) International flows of remittances: cost, competition and financial access in Latin American and the Caribbean-toward an industry scorecard, Report presented at the meeting on "Remittances and Transnational Families" sponsored by the Multilateral Fund of the Inter-American Development Bank and the Annie E. Casey Foundation.
  2. ®Aberola, E. (2007) Un nuevo canal interoceánico entre América Latina y España. Las remesas y su importancia para el desarrollo económico y financiero, Real Instituto Elcano y Agencia EFE, Anuario Iberoamericano 2007.

4* El envío de remesas desde España.

Las remesas comienzan a aparecer como un tema de las relaciones internacionales. En las recientes cumbres Europeo-Latinoamericanas de Guadalajara (2004) y Viena (2006) se las identificó como un tema prioritario en las relaciones entre ambas regiones. La Comisión Europea ha desempeñado un papel activo al adoptar en diciembre de 2007 una propuesta para establecer un marco legal unificado para el pago de estos servicios (A Single Payment Area)[29]. En 2006 se realizó la primera reunión del Grupo de Luxemburgo de Remesas en la que participaron el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), países europeos, y México, Japón, Filipinas y Líbano[30]. El principal objetivo de esta reunión fue analizar las distintas fuentes de información utilizadas por los países emisores y receptores y tratar de unificar criterios. Asimismo, recomendaron incluir la cuestión de las remesas en las encuestas sobre los hogares que realizan los gobiernos nacionales y/o locales. En noviembre de 2007, las remesas fueron objeto de debate en la reunión del G8 en Berlín. Las recomendaciones principales que surgieron de esta reunión fueron el establecimiento de un Grupo de Análisis Global de Remesas con el fin de impulsar la investigación sobre el tema y coordinar los proyectos de estudio. En Europa, España se ha convertido en el principal emisor de remesas. En el año 2006 los inmigrantes no europeos residentes en España enviaron 5,6 mil millones de euros mientras que en el 2005 la cifra fue de 4,2 mil millones de euros. En el año 2006, el flujo de remesas representó más de medio punto del PIB y el 70 por ciento del flujo estaba dirigido a América Latina. Los principales receptores son Colombia, Ecuador, Bolivia, Rumania y Marruecos. A pesar de que los marroquíes son el grupo más numeroso en España, su proporción de remesas en el flujo total sólo alcanza al 6 por ciento. Esto se debe porque en general, gracias a la cercanía de Marruecos, los inmigrantes llevan las remesas personalmente o las envían por canales informales para evitar los costos de envío[31]. Respecto de las remesas enviadas a América Latina, el perfil del remitente ha sido analizado extensamente por un documento del ministerio de Economía español y el Banco Interamericano de Desarrollo concluyendo que el 43 por ciento de los inmigrantes latinoamericanos que tienen entre 35 y 39 años envían dinero a sus países de origen. Entre los inmigrantes de 25 a 34 años, el 40 por ciento envía dinero, mientras que sólo el 11 por ciento de quienes tienen entre 18 y 24 años y el 6 por ciento de aquellos de más de 50 años de edad envían remesas[32]. De acuerdo con la encuesta, tres de cada cuatro inmigrantes latinoamericanos en España envían dinero regularmente a sus países. Mientras nueve de cada diez dominicanos envían dinero, casi la mitad de los argentinos no envía dinero a su país. Existen diferencias importantes entre los distintos grupos de inmigrantes. El 30 por ciento de los inmigrantes que envía remesas lleva en España entre uno y tres años; el 26 por ciento entre tres y cinco años, otro 26 por ciento entre cinco y diez años; el 7 por ciento más de 10 años y el 11 por ciento hace menos de un año que está en España. El 76 por ciento envía remesas a sus familias. La encuesta registra que el 88 por ciento de los dominicanos envía dinero a su familia, el 86 por ciento de los ecuatorianos, el 82 por ciento de los bolivianos, el 80 por ciento de los peruanos, el 72 por ciento de los colombianos, el 56 por ciento de los paraguayos y el 52 por ciento de los argentinos. Analizando el perfil educativo del remitente de remesas, el 31 por ciento de los inmigrantes que envía remesas no tiene terminados sus estudios secundarios, el 38 por ciento tiene diploma de bachillerato, el 15 por ciento asistió a una escuela técnica y el 15 por ciento tiene diploma universitario. A pesar de tener ingresos bajos en relación al coste del nivel de vida en España, los inmigrantes logran enviar dinero a sus familias. Alrededor del 92 por ciento de los encuestados recibe un ingreso anual menor a los 30.000 euros. El estudio indica que los inmigrantes latinoamericanos en España enviaron a sus familiares aproximadamente 3.730 millones de euros entre junio de 2006 y junio de 2007. Esto representa, aproximadamente, un 15 por ciento de los ingresos anuales de los latinoamericanos en España.
En los últimos 25 años, las remesas destinadas a América Latina y Caribe se han multiplicado por 25 y representan aproximadamente el 70 por ciento de los flujos de inversión extranjera directa y casi 8 veces más que la ayuda oficial al desarrollo que se dirige a la región. El receptor más importante es México con unos 20 mil millones de dólares anuales. En relación al PIB, Haití supera el 50 por ciento. El impacto de las remesas en los países receptores es muy elevado. En Haití, Jamaica, Granada o Guyana, el 80 por ciento de sus graduados universitarios se encuentra en el extranjero[33].
Existen factores que determinan el envío de las remesas. Si el remitente considera que la situación económica de su país se está deteriorando, envía un tres por ciento más. Cuantos más ingresos tienen, más dinero envían: la suma total se incrementa aproximadamente en un 24 por ciento. Sin embargo, si llevan más tiempo enviando dinero, envían un 10 por ciento menos y las mujeres envían un 5 por ciento menos[34]. Las remesas se han convertido en un flujo importante para las economías latinoamericanas, pero es preciso investigar si el envío de remesas puede hacer decrecer las tasas de pobreza y la desigualdad en la región. El dinero recibido se distribuye de manera desigual y, normalmente, no alcanza a los más pobres entre los pobres debido a que los emigrantes no provienen de los estratos sociales más bajos[35]. En términos generales, se considera que las remesas ayudan a que disminuya el nivel de pobreza en los países receptores, pero de una manera modesta. Sin embargo, si el análisis del impacto sobre la reducción de la pobreza se concentra a nivel de los hogares que reciben las remesas, se comprueba que casi el 50 por ciento de los receptores estaría por debajo de la línea de la pobreza si no fuera por estos envíos de dinero[36]. Mientras existen estudios sobre las remesas dirigidas a países latinoamericanos, las cifras de remesas enviadas a otros países desde España son más escasas El caso de Marruecos es el más significativo respecto al uso de canales informales. En el año 2007, la cifra del flujo de remesas desde España superó los 8 millones de euros. Este dato representó un incremento del 22 por ciento respecto del año anterior. Sin embargo, esta cifra sólo registraba las remesas formales, aquellas contabilizadas por el Banco de España. Por lo tanto, la cifra total debe ser muy superior[37]. Según el gobierno marroquí, las remesas de sus ciudadanos residentes en el extranjero alcanzaron 1,06 mil millones de euros al término del primer trimestre de 2008, un incremento del 2,5 por ciento con respecto al año anterior[38].
Remesas desde España.
  • España envió 13 mil millones de dólares en remesas en 2007, un 19,5 por ciento más que en 2006. El 23 por ciento del dinero fue a Colombia; el 20,2 por ciento a Ecuador; un 11 por ciento a Bolivia; el 6 por ciento a Rumania; y el 6 por ciento a Marruecos.
  • El Banco Interamericano de Desarrollo calcula que 20 millones de familias en América Latina y el Caribe reciben remesas. Se estima que, sin este dinero, la mitad de esas familias viviría por debajo de la línea de la pobreza.
  • Los países más dependientes son Guyana, donde el flujo de las remesas representa el 43 por ciento del PIB; Haití, el 50 por ciento; Honduras, el 25 por ciento; y El Salvador, el 18 por ciento[39].

NOTAS:
  1. ® Ver http://ec.europa.eu/internal_market/payments/framework/index_en.htm.
  2. ® Ver http://www.oecd.org/dataoecd/45/51/37371222.pdf.
  3. ® Aberola, E. (2007), op. Cit.
  4. ® La mayoría de las cifras de este apartado se basan en el documento Remesas de España a Latinoamérica, Informe realizado por Bendixen y Asociados para el Banco Interamericano de Desarrollo, junio 2007, www.bendixenonline.com. Cuando la fuente sea distinta será citada.
  5. ® Fajnzylber, P. y López, H. (2007) Remittances and Development (World Bank).
  6. ® Manuel Orozco, "Remesas, Transnacionalismo y Finanzas en los inmigrantes latinos en España", documento presentado en el seminario organizado por BID y ministerio de Economía de España, Madrid, Junio 2007.
  7. ® Pablo Acosta, Pablo Fajnzylber y Humberto López, "The Impact of Remittances on Poverty and Human Capital: Evidence from Latin America Household Surveys", World Bank Policy Research Working Paper 4247, June 2007.
  8. ® SEGIB, Encuentro Iberoamericano sobre Migración y Desarrollo, Unidos por las Migraciones (SEGIB: Madrid) 2006.
  9. ® El País, 9 de febrero de 2008.
  10. ® Ver www.remesas.org.
  11. ® El País, 23 de marzo de 2008.

5* Conclusiones y recomendaciones.

  • Reducir aún más el coste del envío de las remesas para beneficiar a los inmigrantes y para impulsar el envío por canales formales.
  • Incrementar el uso del sistema bancario y beneficiar, de este modo, la modernización económica de los países receptores y el incremento del flujo monetario disponible. Éste último debería estar dirigido a micro-créditos y créditos con bajas tasas de interés para que pueda ser utilizado por los sectores más desfavorecidos de la población.
  • Comercialización de servicios de pago y productos financieros más adecuados para los inmigrantes que envían remesas y para sus familias receptoras.
  • Modernización de los métodos de pago de remesas con la introducción de tarjetas o telefonía celular, o la bancarización electrónica en los países receptores.
  • No imponer tasas ni impuestos a las remesas. La imposición de estas medidas reduciría los flujos registrados. Los inmigrantes comenzarían a hacer uso de los canales informales para evitarlos.
  • Gestionar los impactos macroeconómicos de las remesas respetando su condición de flujos privados y transferencias de riqueza intrafamiliares.
  • Mejorar la recolección de datos.
  • Respetar las remesas como fondos privados y evitar su utilización como compensación de los fracasos de los Estados. Si bien los estudios concluyen que el impacto de las remesas es moderado a nivel nacional, estos flujos monetarios tienen un efecto considerable a nivel familiar y pueden ayudar a modificar situaciones de vulnerabilidad.
  • Teniendo en cuenta su impacto a nivel micro y macro, las remesas no pueden convertirse en pilares de desarrollo nacional ni ser la llave para reducir los niveles de desigualdad, pobreza y marginación de los países del Tercer Mundo.
  • La crisis financiera actual tendrá un impacto significativo en los flujos de las remesas, lo que hará evidente su limitado rol como pilar del desarrollo.

6* Bibliografía.

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