La división del trabajo internacional: Desafiando al paradigma de la asociación
Temática: Cooperacion y Financiación para el Desarrollo.
Autoría: Schulz, Nils-Sjard
Año de Publicación: 2009
Este documento constituye el punto de partida para una investigación sobre las implicaciones de la división del trabajo para la asociación entre el Norte y el Sur. Sistematizando las experiencias de la cooperación sueca en la salida de países previamente prioritarios, la finalidad última de esta investigación reside en sistematizar buenas prácticas de la salida en base a las evidencias recabadas en los distintos países.
1* Introducción
La división del trabajo entre los donantes ha cobrado gran fuerza como aspecto clave de la agenda de la eficacia de la ayuda, promovida por la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda (2005) y la Agenda de Acción de Accra (2008). Dos años después de la aprobación del Código de Conducta sobre División del Trabajo y Complementariedad por parte de la Unión Europea (UE), la división del trabajo ya es una parte central de las políticas globales de desarrollo, incluida como firme compromiso en el acuerdo de Accra. Los donantes y países socios han invertido una serie de esfuerzos en lograr una mayor racionalidad de la ayuda a nivel de país. Sin embargo, la división de trabajo internacional, es decir la distribución geográfica de los donantes entre los países socios, aún no ha sido respaldada por buenas prácticas o un diálogo más profundo a nivel internacional. Algunos donantes, especialmente los miembros del grupo Nordic Plus[1], ya han empezado a concentrar su ayuda en menos países y, en consecuencia, a retirar su ayuda de los países previamente prioritarios. Entre ellos se destaca Suecia que se encuentra inmerso en múltiples procesos de salida después de que Estocolmo decidiera en agosto de 2007 reducir drásticamente el número de países receptores de su ayuda. Mientras que la división del trabajo internacional conlleva necesariamente la salida de un donante de ciertos contextos geográficos, se ha dedicado muy escasa atención a cómo se lleva a cabo (es decir, sus prácticas) y las implicaciones que conlleva para la asociación entre el Norte y el Sur. Centrándose en cuestiones operativas, el discurso de la división del trabajo aún no ha atendido las posibles tensiones entre la concentración geográfica, por un lado, y el liderazgo de los países receptores y la responsabilidad mutua, por otro. El presente documento constituye el punto de partida para una investigación sobre las implicaciones de la división del trabajo para la asociación entre el Norte y el Sur. La finalidad última de esta investigación reside en sistematizar buenas prácticas de la salida en base a las evidencias recabadas en los distintos países, prestando especial atención a las percepciones de los países afectados por ésta. Por tanto, la primera parte pretende ofrecer una mirada a profundidad sobre la división del trabajo internacional como un reto para la asociación entre el Norte y el Sur. La segunda y última parte se dedica al diseño y la descripción de la metodología común con la que se realizarán los estudios de caso sobre la retirada de la cooperación sueca.NOTAS:
- ® El grupo Nordic Plus está compuesto por los países escandinavos (Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia) además de Gran Bretaña, Irlanda y los Países Bajos. Este grupo de donantes se reúne a nivel de directores dos veces al año y cuenta con un Plan de Acción Conjunta sobre Armonización y Alineación.
2* Parte I: Marco analítico
2.1* París, Accra y más allá: Una gobernanza global emergente
Cuando en marzo de 2005 los ministros de 90 países acordaron una reorientación sustancial de la ayuda internacional, los términos de la relación entre donantes y países receptores ya habían sufrido una profunda transformación a lo largo de la década anterior. Su evolución se traza desde el régimen de condicionalidades y los programas de ajuste estructural, en boga hasta mediados de los años noventa, hasta la construcción de una asociación entre el Norte y el Sur, basada en la renegociación de la cooperación internacional iniciada en torno a la iniciativa HIPC y el Marco Integral de Desarrollo (MID) lanzado por el Banco Mundial en 1999 (Meyer & Schulz 2008). En este sentido, la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda (DP) es a la vez un reflejo y un hito de este proceso de renegociación sobre cómo interactúan donantes y países del Sur. El acuerdo alcanzado en la capital francesa evidencia un cierto progreso en la reforma de las relaciones entre el Norte y el Sur, al mismo tiempo en que establece principios, compromisos e indicadores para elevar la relevancia de la ayuda en términos de desarrollo. A lo largo de los últimos cuatro años, este argumento de la eficacia de la ayuda ha cobrado especial fuerza en los discursos internacionales. Basándose en evidencias más bien frágiles (ver Stein et al 2008), una gran mayoría de los políticos y practitioners del desarrollo presuponen que una ayuda inspirada en los cinco principios de la DP sería eficaz en la lucha contra la pobreza y podría ser más capaz de contribuir al desarrollo humano. En el III Foro de Alto Nivel celebrado en Accra en septiembre de 2008, este proceso ha alcanzado una dinámica política que abre perspectivas favorables para la gobernanza global de la ayuda (ver Schulz 2008). Ésta es entendida como un proceso en el que las buenas prácticas, estándares, volúmenes y criterios de asignación de la cooperación al desarrollo se basen crecientemente en acuerdos mutuos surgidos de un proceso de negociaciones horizontales entre los proveedores ("donantes") y los receptores ("socios") de la ayuda, cuya puesta en práctica sea supervisada por organismos multilaterales independientes a la hora de evaluar las evidencias. La construcción de una asociación más profunda entre el Norte y el Sur encuentra muchas resistencias relacionadas con el sistema mundial de relaciones internacionales, como por ejemplo el comercio o los bienes públicos globales, como el medio ambiente o la seguridad. Esta situación demuestra que la cooperación al desarrollo no se realiza en un vacío político ni es independiente del entorno económico-financiero más amplio que preocupan al Consenso de Monterrey de 2005 y la reciente Declaración de Doha, ambos sobre la financiación para el desarrollo. No obstante, a partir de la Agenda de Acción de Accra (AAA), los avances de la gobernanza global de la ayuda se pueden comprobar a través del ejercicio de un papel más determinante del Sur en las negociaciones, la creciente complejidad de la arquitectura de la ayuda, el deseo por terminar la dependencia de la ayuda y la apuesta por la cooperación Sur-Sur. Con vistas al próximo Foro de Alto Nivel en 2011, se han abierto espacios muy importantes para la influencia de los países del Sur en la agenda global de la ayuda. Así, por parte de Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) se ha iniciado una reforma profunda del Grupo de Trabajo sobre Eficacia de la Ayuda y Prácticas de los Donantes (WP-EFF, por sus siglas en inglés) que, culminada previsiblemente a finales de marzo de 2009, otorgará a los países del Sur un rol más protagónico. Seis años después de su creación, la dinámica democratizadora en el WP-EFF mejorará las capacidades reales del Sur a la hora de determinar algunas temáticas centrales. El mandato de la AAA de "crear procesos institucionalizados para lograr una asociación equitativa"(§30) también incluye un guiño al Foro de Cooperación al Desarrollo del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC, por su sigla en inglés). Este espacio multilateral creado a mediados de 2007 se reúne de forma cada dos años, logrando impulsar el debate sobre un marco más horizontal para la agenda de la eficacia (ECOSOC 2008a) y la cooperación Sur-Sur (ECOSOC 2008b). Cabe esperar que, conforme se vaya fortaleciendo, el DCF pueda complementar el papel del WP-EFF con una perspectiva más política sobre la mayor horizontalidad entre el Norte y el Sur. Por otra parte, el Sur podrá abrir nuevas vías a par- tir de la crisis financiera y la previsible recesión mundial, ambas iniciadas en los países industrializados. Sin embargo, con vistas al próximo Foro de Alto Nivel en 2011, dependerá en mucho de las capacidades y la voluntad de los países del Sur a la hora de consolidar su agenda de prioridades con una mayor concertación (especialmente a nivel regional) y sobre la base de mejores prácticas y estándares de calidad. En otras palabras, se abre una oportunidad histórica para suavizar las asimetrías de cara a un Norte que está debilitándose en forma creciente en el control de las agendas globales. Por tanto, es la hora en la que también el Sur puede (y necesita) pasar de la retórica a la acción. Durante los próximos dos años, las dos dimensiones de esta agenda de la eficacia, los aspectos técnicos y su espíritu político, predeterminarán la puesta en práctica operativa de la DP y su refuerzo en la AAA. La vertiente técnica establece criterios, prácticas y reglas para la alineación (por ejemplo, en el uso de los sistemas de gestión de finanzas públicas y la mejor predictibilidad de los flujos de la ayuda), la armonización (mediante la ayuda programática y la coordinación de las actividades de los donantes) y la gestión orientada a resultados (como por ejemplo, los sistemas nacionales de estadísticas). El carácter político se revela en la superación de las asimetrías inherentes de la ayuda, a partir de la apropiación (el liderazgo del país receptor en las políticas públicas de desarrollo y la coordinación de la ayuda) y la responsabilidad mutua, que fluye entre donante y receptor y no solamente desde el receptor al donante, es decir, el verdadero corazón del nuevo tipo de asociación. Sin embargo, esta doble agenda no carece de momentos de tensión entre sus distintos componentes. Por un lado, el peso de los aspectos técnicos respecto del espíritu político ha variado en las distintas etapas de la gobernanza global emergente. Así, la DP nace de un pensamiento más bien tecnócrata que a partir de 2003 dirigió grandes esfuerzos hacia las buenas prácticas de la armonización de los donantes (Declaración de Roma) y la gestión orientada a resultados (Memorándum de Marrakech). A partir de 2007, y reflejándose nítidamente en la AAA, los aspectos políticos (la apropiación y la responsabilidad mutua) entran con gran fuerza en un debate más diversificado en el que participan, con una voz más enérgica y a través de estrategias más fundadas, los países del Sur y la sociedad civil. En segundo lugar, el contenido de la DP, en ocasiones abstracto e indescifrable para personas e instituciones ajenas a los pasos previos y las negociaciones ministeriales, ha dificultado enormemente la traducción de los principios de París a nivel de país y en las agencias de los donantes. La "pirámide de la eficacia de la ayuda" difundida en un documento del CAD previo al Foro de Alto Nivel de París (CAD 2004), ha tenido amplia circulación entre los actores de la cooperación al desarrollo, sin que esta visualización aportara un valor didáctico concreto sobre cómo aterrizar el conjunto de estos principios en una dinámica de cambios reales. Además, la rotación rápida en los gobiernos, ministerios y brazos de ejecución de la ayuda internacional ha impedido la acumulación del aprendizaje de lo que significa "París" y sus principios en diferentes contextos político-institucionales, entre ellos los Estados frágiles o países de renta media. Esta rotación de personal también distorsionó la estructura de la AAA (de tres áreas clave), que no sigue la lógica de la DP (anclada en cinco principios). En realidad, la AAA crea confusión adicional sobre los fundamentos de la eficacia de la ayuda. Hasta la fecha, aún no existe un análisis exhaustivo que explique los cambios que implica la AAA a la hora de entender los principios de París ni un debate sobre los posibles nuevos principios (cómo podría ser la cooperación Sur-Sur). Sobre todo las prioridades que logró introducir el Sur en la AAA carecen de una previsión de próximos pasos a seguir y la ausencia de indicadores en la mayoría de los compromisos nuevos o renovados limita enormemente la capacidad de puesta en práctica de los contenidos pactados en la capital de Ghana. Tercero, un problema central de la agenda de la eficacia reside en el análisis aislado de cada uno de los principios que no permite conocer la interacción entre los pilares conceptuales. Existen dos ejemplos clave para esta falta de integralidad entre los principios de París. Por un lado, las consultas y el trabajo analítico del Foro de Alto Nivel de Accra se organizaron de forma separada para cada uno de los principios de la eficacia[2]. Así, se ha dado una interacción más bien limitada entre las distintas mesas redondas que se realizaron en Ghana (CAD 2008d). Por otro, la encuesta de seguimiento a la DP sigue estrictamente la tabla de indicadores incluida como anexo III de la Declaración de París. Pero, ni los capítulos de país ni el informe de síntesis ofrecen una valoración de cómo interactúan los diferentes principios (CAD 2008c). Finalmente, las dimensiones técnica y política pueden entrar en tensiones y crear contradicciones en una agenda que, lejos de consolidarse, se encuentra en plena evolución. A nivel operativo, los cinco principios no siempre interactúan de forma armónica. Algunas posibles contradicciones se esbozan en el informe de síntesis de la primera fase de la evaluación de la DP, publicado justo antes del Foro de Alto Nivel de Accra (CAD 2008b, ES pág. 43, EN p. 35). Así, el enfoque más cortoplacista hacia la obtención de resultados puede entrar en conflicto con la mejora de las capacidades nacionales a medio plazo. Por otra parte, si la armonización de los donantes se realiza sin suficiente anclaje en la alineación, puede crear tensiones con la apropiación. La evaluación del MID (Banco Mundial 2003a)[3] identificó tensiones parecidas, indicando que la armonización de los donantes puede minar el liderazgo efectivo de los países socios, especialmente de los que cuentan con menos capacidades de coordinación (Banco Mundial 2003a, pág. 73). Sistematizando la puesta en práctica del paradigma de la eficacia, las evaluaciones del MID y de la DP alertan sobre la necesidad de valorar la interacción entre los principios de la eficacia y particularmente entre los aspectos técnicos y el espíritu político. La siguiente sección describirá cómo la división del trabajo entre los donantes, una faceta de la armonización, puede colisionar con otros principios, particularmente los de mayor sensibilidad política, es decir la apropiación y la mutua responsabilidad.NOTAS:
- ®En adición a los cinco principios de la Declaración de París, en Accra se realizaron cuatro mesas redondas temáticas: el rol de la sociedad civil, la eficacia en Estados frágiles y situaciones de conflicto, la aplicación sectorial y la nueva arquitectura de la ayuda (cooperación Sur-Sur y fondos globales)
- ®El MID se construye sobre cuatro pilares parecidos a los cinco principios de la Declaración de París: marcos integrales de desarrollo a largo plazo, apropiación nacional, asociación liderada por el país y orientación a los resultados. De hecho, el seguimiento que realiza el Banco Mundial al MID (Informe sobre la Eficacia de la Ayuda) genera los datos sobre los avances en los indicadores de la Declaración de París sobre la apropiación (indicador 1) y la gestión orientada a resultados (indicador 11).
2.2* División del trabajo internacional: Tensiones con el paradigma de la asociación
En la evolución de la agenda de la eficacia de la ayuda, la dispersión de los donantes y fragmentación de la ayuda ha sido un factor clave para explicar la duplicación de esfuerzos, los altos costes de transacción y la sobrecarga administrativa de los gobiernos del Sur, la falta de predictibilidad y la escasa información sobre los flujos financieros de la ayuda. Hacia mediados de los años noventa, se percibió un alto riesgo de que el nuevo despertar de la cooperación (una vez superada la fatiga de la ayuda) conllevara una proliferación insostenible de proyectos individuales y muchas veces contradictorios por parte de las agencias de la ayuda. Para afrontar esta problemática, la armonización se identificó como una de las tareas imprescindibles que los donantes deberían cumplir para promover una asociación renovada (CAD 1996). Tal como se refleja nítidamente en el MID del Banco Mundial, la armonización no se planteó como una responsabilidad aislada, sino que se pensó debería orientarse y estar anclada en el liderazgo de los países receptores sobre sus políticas de desarrollo (WB 2003a). Para asegurar esta función amigable hacia la apropiación, los donantes deberían revisar sus normas, comportamientos y prácticas institucionales, en términos de relaciones más simétricas, rendición de cuentas hacia el receptor o la descentralización de la toma de decisiones hacia las oficinas en los países socios (WB 2003b). Esta estrecha interrelación entre armonización y apropiación se evaporó parcialmente en los años siguientes, con el resultado de que la Declaración de Roma sobre la Armonización (2003) se centrara casi exclusivamente en las dimensiones operativas, basadas en las buenas prácticas de armonización identificadas por el CAD (CAD 2003)[4]Dentro de esta "autosuficiencia" de la armonización, los donantes descubrieron la división del trabajo como herramienta para superar la fragmentación sobre la que alertan prácticamente todos los peer reviews realizados por el CAD a partir de 2001. El discurso sobre la eficacia empezó a tomar prestados algunos argumentos "crudos y desactualizados" de las ciencias económicas, como por ejemplo las ventajas comparativas analizadas por David Ricardo y Carlos Marx en el siglo XIX (Munro 2005). Con esta base, una serie de donantes apostaron por una mayor concentración sectorial y geográfica. En el primer lustro del nuevo siglo, algunos países de Nordic Plus (especialmente, los Países Bajos y Dinamarca) y Alemania redujeron sustancialmente el número de sus países socios y también su proyección sectorial en los países prioritarios que mantuvieron. En todos los casos, se trató de una decisión unilateral de revisar los criterios de selección de países receptores, basándose en ventajas comparativas y nichos identificados por cada donante de forma autárquica. En 2005, la DP insertó la reflexión sobre las ventajas comparativas y los nichos de especialización en el contexto más amplio de la complementariedad. Más allá de la concentración autosuficiente de cada donante, se debería promover un "enfoque pragmático de la división del trabajo", según el cual los donantes se complementaran mutuamente con sus ventajas comparativas a escala sectorial o nacional, lo cual, a su vez, debería basarse en "panoramas claros" proporcionados por los países receptores (DP, §31-33). En consonancia con la filosofía de asociación y el principio de apropiación, los países del Sur deberían identificar las ventajas comparativas de los donantes que, consecuentemente, responderían con su oferta de ayuda a esta demanda. Dos años más tarde, en 2007, la complementariedad entre donantes alcanzó gran protagonismo con la aprobación del Código de Conducta sobre la División del Trabajo (CdC) por parte del Consejo Europeo (Consejo Europeo 2007). A partir del Consenso Europeo sobre el Desarrollo (2005), el Atlas de los Donantes de la Unión Europea[5] y el paquete sobre la eficacia de la ayuda (2006)[6], Europa se ofreció como un terreno propicio para avanzar en la coordinación y complementariedad, porque cuenta con experiencias en el modus operandi supranacional (Schulz 2007b). Siendo uno de los buques insignia de la Presidencia alemana del Consejo Europeo en la primera mitad de 2007 (Schulz 2007a), el CdC identifica tres tipos de complementariedad[7]:- A nivel de país, cada donante de la UE se centrará en un máximo tres sectores, mientras que cada sector no recibirá ayuda de más de cinco donantes europeos.
- La complementariedad entre países racionalizará el despliegue de los donantes europeos mediante la reducción del número de los países prioritarios y una mayor atención a los países "huérfanos".
- La complementariedad intersectorial se basa en las autoevaluaciones de los donantes con respecto a sus ventajas comparativas y áreas temáticas de mayor especialización.
NOTAS:
- ® Estos incluyeron el apoyo coordinado a las estrategias nacionales de desarrollo, la cooperación delegada, la gestión de la información, una mejor preparación profesional de los equipos, incentivos organizacionales mejorados y una asistencia técnica orientada en la demanda.
- ®La Comisión Europea ha creado un portal web con información actualizada de este atlas de 28 donantes (27 bilaterales y la propia Comisión): http://development.donoratlas.eu/.
- ® El paquete de la eficacia de la ayuda contiene las siguientes comunicaciones de la Comisión Europea: Ayuda de la UE : realizar más, mejor y más rápido (COM(2006)0087), Financiación del desarrollo y eficacia de la ayuda (COM(2006)0085) y Cómo hacer más productiva la ayuda europea (COM(2006)0088).
- ® En la propuesta original de la Comisión Europea al Consejo Europeo (COM(2007)72) también aparece la complementariedad vertical (coordinación de organizaciones e iniciativas subnacionales, nacionales, regionales e internacionales) y la complementariedad entre instrumentos, que sin embargo no se reflejaron en el CdC aprobado por el Consejo (9558/07). Sin embargo, estas dimensiones vuelven a aparecer en el Compendio de Buenas Prácticas elaborado por la Comisión Europea y Francia (CAD 2007).
- ® El WP-EFF se reformará en su propia reunión en abril de 2009 y organizará sus labores en cuatro clusters (Apropiación & Responsabilidad, Sistemas Nacionales, Ayuda Transparente y Responsable, así como Análisis de los Progresos), que se complementarán con una serie de corrientes de trabajo temático (work streams).
- ® Un ejemplo nítido se encuentra en los debates sobre la concentración geográfica de España a partir de su nuevo Plan Director 2009-2012, en principio altamente comprometido con la eficacia de la ayuda. Sólo se logró bajar el número de países prioritarios de 56 a 50, precisamente por las presiones domésticas de mantener una proyección muy diversificada en el Sur (Meyer 2009)
2.3* Prácticas de la salida: Implicaciones para la apropiación y la responsabilidad mutua
La división del trabajo internacional se refiere a la complementariedad geográfica con la que los donantes pretenden superar los desequilibrios de la asignación de la ayuda entre los distintos países receptores. Los huérfanos de la ayuda, particularmente algunos Estados frágiles como Guinea, Uzbekistán y Yemen, reciben flujos de ayuda por debajo de sus necesidades (CAD 2007b), mientras que "países mimados" como Burkina Faso, Ghana, Kenya, Mali, Mozambique, Senegal y Vietnam (Comisión 2008, pág. 24) cuentan con una presencia de la cooperación internacional comparativamente superior a otros países con un grado de desarrollo similar. No obstante, frente a la aparente necesidad de revisar la asignación geográfica global de la ayuda, un despliegue más eficiente de los donantes entre los países receptores se ve confrontado con una severa limitación conceptual. El sistema internacional de la ayuda no equivale a un "mercado de trabajo" en el que una demanda específica (de los receptores) oriente una oferta especializada (de los donantes) a través de mecanismos globales. En ausencia de un anclaje social u organizativo-burocrático, la división del trabajo entre los donantes tampoco se asemeja a los procesos de especialización descritos por Émile Durkheim o Max Weber en el umbral del siglo XX. En realidad, la concentración geográfica depende fundamentalmente de decisiones soberanas y preferencias políticas unilaterales (Mührle 2007, pág. 26). Es decir, estas decisiones se toman en principio de forma aislada, por lo que además de la lucha contra la pobreza se dirigen también hacia otras prioridades de gran peso estratégico para los países donantes, como por ejemplo los intereses comerciales, la seguridad energética, los flujos migratorios o la lucha contra el terrorismo. Mientras que esta tensión entre el "reparto del pastel" y el compromiso con la eficacia (Schulz 2007b) afecta a las dinámicas de la asignación de la ayuda y la selectividad de los países del Sur, quedan también dudas con respecto a las implicaciones de la concentración geográfica para los países receptores. El discurso de la eficacia de la ayuda tiende a enfatizar una terminología positiva (en este caso, la concentración) frente a problemas expresados en un lenguaje negativo (por ejemplo, la fragmentación), sin considerar que el término positivo puede describir procesos que incluyen aspectos con connotaciones negativas, como en el caso de concentración son los verbos "cortar", "eliminar" o "suspender" (Munro 2005). Esto explica por qué, salvo una breve referencia por parte del CdC y el toolkit, el debate sobre la división del trabajo y sus prácticas evita analizar aspectos inherentes a la complementariedad entre países: la salida del donante y la retirada de su ayuda. En esta línea, una reciente evaluación conjunta entre los donantes nórdicos indicó que la salida "atrae escasa atención y es una parte menospreciada de la cooperación al desarrollo", a pesar de que el número de salidas está creciendo especialmente entre los donantes bilaterales (Jerve & Slob 2008a, pág. 3). El mismo estudio también alertó sobre que una mala gestión de la salida puede crear "consecuencias (’) severas, en algunos casos incluso desastrosas" especialmente para los países dependientes de la ayuda (Jerve & Slob 2008b, pág. 13). Uno de los mandatos centrales de la AAA consiste en avanzar hacia una mayor coordinación de los donantes en su despliegue geográfico, basándose en los todavía modestos avances que se están dando en el ámbito europeo. No obstante, las implicaciones del proceso y las prácticas de la salida para la asociación entre el Norte y el Sur aún no se han explorado de forma sistemática. Esta debilidad del discurso sobre la complementariedad geográfica puede generar grandes tensiones entre la forma en la que se gestiona la división del trabajo internacional, por un lado, y el espíritu de asociación promovido en el marco de la agenda de París, por otro. Estas incongruencias pueden intensificarse en la medida en que se está avanzando en la gobernanza global de la ayuda que, sin embargo, aún no ha logrado un suficiente nivel de institucionalización. En otras palabras, la división del trabajo internacional debe ser consistente con un rol más protagónico y una mayor relevancia de las percepciones de los países del Sur. Esto significa que en el futuro las estructuras multilaterales existentes, particularmente en el WP-EFF y el ECOSOC/DCF, necesitan seguir invirtiendo en la representación igualitaria de donantes y receptores que permita renegociar la asignación geográfica de la ayuda en base a acuerdos y criterios compartidos entre el Norte y el Sur. Desde una perspectiva políticamente sensible parece evidente que la calidad de la asociación entre un país del Sur y su comunidad donante varía sustancialmente en función de cómo se realiza la retirada de la ayuda por parte de uno o varios donantes. Como se ha explicado más arriba, la apropiación y la mutua responsabilidad son ingredientes fundamentales para esta asociación entre el Norte y el Sur. Por tanto, es necesario analizar y valorar las prácticas de la salida en función de su coherencia con los principios de apropiación y mutua responsabilidad. En términos prácticos, la salida de un donante se compone por diferentes prácticas que abarcan todas las fases desde la decisión hasta las condiciones pos-salida (ver Jerve & Slob 2008b). En este contexto, la adaptación de la decisión de la salida constituye uno de los mayores desafíos, ya que aún no se cuenta con suficiente consenso sobre quién tomará la decisión de la concentración geográfica de un donante. En esta materia, el CdC se centra en crear una imagen más clara sobre la asignación de la ayuda actual por parte de los donantes europeos para mejorar la planificación estratégica en el futuro, indicando por otro lado que se debe "reconocer que las decisiones de los Estados miembros sobre este asunto son decisiones nacionales soberanas". Por su parte, la AAA insta solamente al diálogo respecto de la complementariedad geográfica, sin indicar qué plataforma institucional se podría utilizar para asegurar una mayor participación de los países del Sur en las nuevas pautas de despliegue geográfico de los donantes. Dado que la emergente gobernanza global aún requiere de una mayor consolidación de los marcos multilaterales, a medio plazo parece probable que la concentración geográfica siga siendo una decisión soberana y política por parte de cada donante individual[10]. Dependiendo de los avances en la mejora de la mutua responsabilidad a nivel internacional (ver Droop el al 2008), en la práctica esta decisión unilateral se alimentaría con el análisis empírico y el debate generados en distintos organismos multilaterales, cómo la UE, el WP-EFF o el Diálogo de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Financiación para el Desarrollo. Considerando por tanto que la decisión de la salida constituye un fait accompli para el país del Sur afectado, tanto el receptor como el donante se enfrentan a un proceso de salida que contiene las siguientes fases:NOTAS:
- ® Sin embargo, existen también salidas que corresponden a otros incentivos. India, que instó a los donantes de menor peso a retirar su ayuda, es un caso muy específico (Jerve & Slob 2008b).
2.4* La apuesta sueca por la concentración geográfica
Los donantes Nordic Plus constituyen el grupo más comprometido con la agenda de la eficacia y la promoción de mecanismos innovadores en la cooperación al desarrollo. Suecia es para muchos actores de la ayuda internacional un referente de primera categoría, particularmente en los temas más sensibles de la ayuda (como la gobernanza, el diálogo con la sociedad civil, los derechos humanos o la igualdad de género). El país escandinavo está clasificado en diferentes rankings como uno de los donantes que mejor cumple con los compromisos internacionales. Así, en su Índice de Respuesta Humanitaria de 2008, DARA Internacional volvió a clasificar Suecia como el donante más coherente con los 23 principios de Buena Donación Humanitaria. También en 2008, el país nórdico alcanzó un segundo puesto en el Índice de Compromiso con el Desarrollo, elaborado por el Center for Global Development. En este ranking, Suecia obtuvo la mejor puntuación en el área de cantidad y calidad de la ayuda al desarrollo. Los datos de la encuesta de seguimiento de la DP, realizado por el CAD en 2008, no son tan rotundos, aunque sí indican que Suecia se encuentra en general por encima de la media en el cumplimiento de los compromisos de la eficacia de la ayuda (CAD 2008c). Históricamente Suecia ha sido un país con una gran diversidad geográfica en su ayuda que llegó a 120 países. A partir de 1990 realizó sus primeras experiencias de salida, cuando retiró su ayuda principalmente por tres razones fundamentales (Ekengren & Lindahl 2006, pág. 47-48):- La "graduación" de un país receptor en términos de desarrollo (por ejemplo, Cabo Verde en 2000, Botswana en 1998, Chile en 2000 o El Salvador en 2005).
- Un deterioro inaceptable en la gobernanza y/o de la situación de los Derechos Humanos (Guinea Bissau en 2000, Eritrea y Zimbabwe en 2001).
- El fin de un proceso de transición (Estonia, Letonia, Lituania y Polonia en 2004).
- Cumplimiento con las condiciones contractuales.
- Mecanismos de transición para proyectos y progra- mas vigentes, incluyendo el traspaso a socios locales u otros donantes).
- Sostenibilidad de las inversiones realizadas.
- Claridad sobre la duración de la salida que no excederá los tres años.
NOTAS:
- ® Ver Alemán y Ortega contra Zetterberg, El Nuevo Diario, Managua, 25 de agosto de 2008.
- ®Ver "Suecia lo anunció hace 6 meses", El Heraldo de Honduras, 31 de agosto de 2007.
3* Parte II: Metodología
Con el fondo analítico descrito en la primera parte, este estudio pretende valorar las implicaciones de la división del trabajo internacional en la agenda de París. Particularmente, la investigación analizará cómo y en qué medida las prácticas de la salida de un donante afectan a la apropiación del país afectado por la salida y la responsabilidad mutua entre ambos. Aprovechando el proceso de concentración geográfica de la cooperación sueca, se realizarán un total de cinco estudios de caso con el fin de identificar buenas prácticas que pueden ser de valor tanto para otros donantes como para los países receptores afectados por la salida de un donante. Los estudios de caso alimentarán un informe de recomendaciones y con este fin, se realizarán bajo un enfoque metodológico común que se explicará en las siguientes páginas.3.1* Entre concentración geográfica y la asociación: Las perspectivas del Sur
El discurso sobre la división del trabajo internacional aún no ha logrado integrar a las perspectivas de los países del Sur como una dimensión esencial para asegurar una concentración geográfica consistente con el espíritu político de la agenda de París. A lo largo de los estudios de país se procurará implicar activamente no solamente al gobierno nacional, el donante saliente y la comunidad donante, sino también los organismos implementadores de programas financiados previamente, la sociedad civil, la academia y los medios de comunicación (ver sección "Proceso de la investigación" más adelante). Los casos de estudio se han seleccionado en base de los siguientes criterios: Países afectados la decisión de salida por parte del gobierno sueco.Tres casos procederán del grupo de 30 países de los que se retirará la ayuda sueca. Dos de los países afectados se encuentran en el grado de "relaciones diferentes a la cooperación al desarrollo bilateral" y uno recibirá en el futuro "cooperación selectiva". Como casos de control, se incluirán dos países que siguen siendo prioridad para la cooperación sueca, aunque recibirán una ayuda más focalizada a nivel sectorial. Uno de estos países se encuentra integrado en un cluster de cooperación delegada con la cooperación noruega. Diversidad de antecedentes y características de la salida.Se incluirán contextos en los que la salida de Suecia haya sido precedida por diferentes pasos, como por ejemplo una concentración sectorial y/o la cooperación delegada previas. Al mismo tiempo y en base a una valoración ad hoc, los países seleccionados reflejan la diversidad de las características de la salida y su impacto en la relación entre el donante saliente y el país afectado. Diversidad geográfica.Se estudiarán diferentes contextos geográficos para facilitar así la comparación y la obtención de lecciones comunes. Se da un cierto margen a la diversidad con respecto al desarrollo humano alcanzado, el grado de dependencia de la ayuda y los avances en la coordinación de la ayuda. Relevancia para otros donantes europeos, especialmente la Cooperación Española.La investigación abarca países receptores que potencialmente son de relevancia para otros donantes europeos y particularmente la Cooperación Española. La relevancia para otro donante puede ser en tres vías: (a) considera al país como potencialmente sujeto a una salida en el futuro, (b) se verá implicado directamente por la salida de Suecia, por ejemplo en programas comunes, o © prevé iniciar o ampliar su cooperación con el país afectado. Han sido seleccionados en el estudio los siguientes países:3.2* Conceptos y definiciones
Los siguientes párrafos explican de forma sistemática los conceptos y definirán los términos que se utilizarán en este estudio y concretamente en sus hipótesis. Salida. Descripción: En base a las premisas de la agenda de la eficacia y particularmente de la armonización, los donantes se han comprometido a racionalizar su ayuda a través de una mayor concentración geográfica. Esta concentración, especialmente relevante entre los donantes bilaterales, debe facilitar también una mayor complementariedad, i.e. una mejor división del trabajo, a partir de sus respectivas ventajas en diferentes contextos nacionales y regionales. Dado que la mayoría de los donantes tradicionalmente han repartido sus fondos de cooperación al desarrollo en varias decenas de países, la única manera de promover la división del trabajo consiste en la salida, o retirada, de un donante de un país previamente receptor de su ayuda. La salida se realiza a través de prácticas que incluyen las perspectivas pos-salida y en su conjunto representan un modelo. La gestión de la salida se refiere a su núcleo, es decir, la planificación e implementación del proceso de la salida. Esta investigación se centrará en las implicaciones de la salida (y sus prácticas) para la agenda de París que dependen fundamentalmente de la forma en la cual se realice la salida. Definición: La salida es un proceso mediante el que un donante retira, dentro de un plazo claramente establecido, su ayuda bilateral al desarrollo a un país previamente receptor. Aspectos esenciales: Son equivalentes a las prácticas de la salida:- El donante comunica la decisión de la salida (transparencia y comunicación)
- Se realiza un proceso de interacción con los actores nacionales (diálogo, negociación y consultas)
- Se decide el tipo de salida y se planifica la salida (gestión de la salida: planificación y tipo)
- Se realiza la salida (gestión de la salida: implementación)
- Se crean condiciones nuevas para los programas y proyectos apoyados previamente por el donante saliente (perspectivas pos-salida: sostenibilidad)
- Se transforman las relaciones entre el gobierno nacional y el donante saliente (perspectivas pos- salida: relaciones bilaterales)
- La planificación nacional del desarrollo es liderada por el gobierno nacional.
- La coordinación de la ayuda internacional es liderada por el gobierno nacional.
- Existe un diálogo intenso y horizontal entre el gobierno nacional y los donantes, aprovechando los espacios existentes para asegurar el liderazgo del gobierno nacional y la efectiva contribución de los donantes.
- Las capacidades de los actores nacionales a todos los niveles y particularmente con respecto a la promoción del desarrollo se refuerzan y crean una mayor independencia del país frente a la ayuda.
- Los diferentes sistemas nacionales (de gestión de finanzas públicas, aprovisionamiento, estadísticas y monitoreo y evaluación) se fortalecen y crean con el tiempo el marco obligatorio para la canalización de la ayuda.
- El conjunto de los actores nacionales tiene voluntad, oportunidades y capacidades de influir en el diseño, la puesta en práctica y evaluación de las políticas públicas orientadas a promover el desarrollo.
- Las decisiones sobre la ayuda se toman de forma predecible y flexible.
- Tanto el gobierno nacional como el donante saliente cumplen con los compromisos adquiridos, sean formales o informales.
- La ayuda presta especial atención a la protección de grupos vulnerables.
- La ayuda procurará promover el desarrollo de los sectores sensibles para desarrollo humano en el país.
- Se procura asegurar una máxima sostenibilidad de los programas de la ayuda internacional para permitir su traspaso a la responsabilidad de los organismos nacionales.
- La comunidad donante es capaz de complementar sus esfuerzos y en su caso sustituir los esfuerzos de un donante saliente.
- El cumplimiento de los compromisos y la forma de actuación en un país receptor determinan el prestigio del país donante.
3.3* Resumen de hipótesis
La hipótesis central de esta investigación consiste en que las prácticas de la salida de un donante afectan de forma relevante el grado de apropiación y mutua responsabilidad, ambos aspectos clave de las relaciones horizontales entre donante y receptor promovidas por la agenda de París. El siguiente cuadro describe las prácticas de la salida del donante y las dimensiones de la agenda de París en las que tienen implicaciones.3.4* Proceso de la investigación: Los estudios de país
El proceso de investigación consta de las siguientes fases:- Elaboración del marco analítico y la metodología (este documento).
- Realización y publicación de cinco estudios de país en Bolivia, Honduras, Malawi, Malí y Vietnam.
- Celebración de eventos de debate a nivel europeo e internacional.
- Publicación de un informe de síntesis de conclusiones y recomendaciones.
NOTAS:
- ® Además se prevé que los coordinadores nacionales realizarán en una segunda fase en eventos de difusión y seguimiento de las conclusiones y recomendaciones de la investigación, que se realizarán en Bonn, Estocolmo y Madrid.
3.5* Metodología para los estudios de país
Para los estudios de país, se utilizarán los siguientes instrumentos metodológicos que deberán facilitar la triangulación: Recopilación y sistematización de datos y bibliografía (desk research).En una primera fase, el coordinador nacional recopilará los datos y la bibliografía específica del contexto nacional en relación con aspectos como el rol y el peso de la cooperación sueca, el proceso de la implementación de la DP, el debate sobre la división del trabajo, las reacciones ya publicadas sobre la decisión (y el proceso) de salida de la cooperación sueca, los contratos y acuerdos existentes. Aparte de una base de datos, estudios, informes y otros documentos analíticos, esto puede incluir fuentes más blandas, como medios de comunicación, posicionamientos de diferentes actores, declaraciones del gobierno y comunicaciones del donante, etc. Adicionalmente, el conocimiento previo del coordinador nacional se considera de vital relevancia, especialmente con respecto a las informaciones informales no publicadas. La sistematización de estas fuentes se realizará en formato de un borrador del estudio de país que, previo a las entrevistas y el taller, el coordinador nacional elaborará en la estructura sugerida. Entrevistas.De forma conjunta con el líder de esta investigación, se realizarán al menos 15 entrevistas con las partes interesadas en el país de estudio que seguirán un formato semiabierto común y durarán entre 30 y 90 minutos, dependiendo de la disponibilidad del interlocutor. En cada contexto nacional, se acordarán previamente las preguntas clave (checklist). Los grupos a entrevistar incluirán al menos:- Cuatro representantes de la sección de cooperación internacional y, en su caso, otros departamentos de la Embajada sueca.
- Cuatro representantes del gobierno nacional.
- Tres representantes de organismos nacionales implementadores de la programas de cooperación sueca.
- Tres representantes de otros donantes (incluyendo al menos 1 representante de la cooperación española).
- Un representante de la sociedad civil y otro de la academia con especialización en las relaciones entre el gobierno y la comunidad donante.
4* Bibliografía
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5* Abreviaturas
- AAA: Agenda de Acción de Accra.
- CAD: Comité de Ayuda al Desarrollo.
- ASDI: Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
- CdC: Código de Conducta sobre la División del Trabajo.
- DP: Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda.
- ECOSOC: Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
- EUNIDA: Red Europea de Agencias Implementadoras de Desarrollo.
- HIPC: Iniciativa para los Países Pobres Altamente Endeudados.
- MID: Marco Integral del Desarrollo.
- UE: Unión Europea.
- WP-EFF: Grupo de Trabajo sobre Eficacia de la Ayuda y Prácticas de los Donantes.
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Financiación para el Desarrollo, Cooperación.