Giulia Tamayo: Lucha contra la Impunidad desde la Incidencia Política en España
Mesa II. Herramientas institucionales de Lucha contra la Impunidad en Guatemala
Giulia Tamayo es Abogada por la Pontificia Universidad Católica de Perú y Doctoranda en Derechos Fundamentales en la Universidad Carlos III de Madrid. Defensora de Derechos Humanos con experiencia de más de 20 años en América Latina en relación a graves violaciones de derechos humanos y contravenciones al derecho internacional humanitario, y experiencia de más de diez años en África y Europa. Investigadora en materia de crímenes internacionales y obligaciones de los Estados en materia de lucha contra la impunidad y derechos de las víctimas. Es Responsable de Investigación y Políticas en la sección española de Amnistía Internacional, encargada del trabajo sobre justicia internacional y acciones con el sector jurídico. Con el Secretariado Internacional de Amnistía Internacional, entre otros desempeños, ha sido investigadora en relación a Colombia y delegada observadora en el proceso contra Alberto Fujimori por desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales en Perú. Premio Ginetta Sagan 2000 concedido por la sección norteamericana de Amnistía Internacional a defensoras de derechos humanos de las mujeres y los niños, otorgado a defensoras en riesgo.
Ideas principales de la ponencia
En su ponencia, Giulia Tamayo afirmó que son bastantes los avances en el tema de Justicia Internacional: "no sólo se han rendido cuentas con los ejecutores de Crímenes Contra la Humanidad, sino que se puede solicitar cualquier colaboración en materia de cooperación internacional en la lucha contra la impunidad, los derechos de las víctimas y el legado atroz de dejarlos impunes". También se han desarrollado directrices sobre los derechos de las víctimas en pena y reparación, y se han consolidado tratados y normas internacionales al respecto. Sin embargo, en algunos casos "la presión internacional ya no le saca los colores a los estados para obligarles a cumplir, o peor aún, los estados que han alardeado de ser la cuna de los DDHH no les recuerdan las obligaciones, sino que dan cabida a las autoridades que toleran" las violaciones a los Derechos Humanos.
Otro problema para la Justicia Internacional es que en las Negociaciones de Paz "se pasaba de página entre guerra y paz de forma rápida", por lo que en países con malas transiciones los estados no quieren colaborar con la Justicia Internacional pues "siguen protegiendo a los responsables de crímenes. Las estructuras de poder no han sido desmanteladas, muchas transiciones no han tocado estructuras políticas y económicas, con expectativas de beneficios postransición".
Como conclusión, enfatiza el importante papel de los Defensores de los Derechos Humanos en materia de Justicia Internacional: "Juntos se pueden hacer cosas extraordinarias. El desafío es crear movimientos tan fuertes que permitan romper el silencio y hacer valer las herramientas que permitan otra vez volver a sacar los colores a aquellos estados que permiten y toleran que siga la impunidad en nuestros países".