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Helmer Velásquez: Hacia el movimiento campesino

S E M I N A R I O Lucha Contra la Impunidad y Coherencia de Políticas para el Desarrollo
Temática: Derechos Humanos /DESC.
Autoría: Helmer Velásquez
Año de Publicación: 2011

Mesa III. Expresiones concretas y multiculturales de la violación de DDHH en Guatemala

Helmer Velásquez es Director Coordinación de ONG y cooperativas de Guatemala desde el año 2003. Anteriormente ha ocupado los siguientes cargos: 1975-1979 Asesor Jurídico Laboral Universidad de San Carlos ;1982-1987 Asesor Jurídico y Coordinador de Proyectos Rurales; Consejo Cristiano de Agencias de Desarrollo 1987-1992; Director Departamento De Promoción Social Rural. Instituto para el Desarrollo Económico y Social de América Central 1992-1994; Asistente de Dirección y Director. Consejo de Instituciones de Desarrollo 1994-2000 Director Coordinación de ONG y Cooperativas2001-2002 Secretario Ejecutivo del Foro de Coordinaciones de ONG de Guatemala.

La Coordinación de ONG y Cooperativas surgió a finales de 1992 para apoyar el retorno colectivo y organizado de refugiados en su proceso de retorno y reintegración a la sociedad guatemalteca, en momentos en los que trabajar por el tema significaba abrir brecha en un Estado contrainsurgente hacia el inicio del proceso de paz y atender la urgente necesidad de comenzar a construir un Estado de derecho.

Ideas principales de la ponencia

Guatemala es de los últimos países rurales que quedan en América Latina, sin embargo "se esta descampesinando el agro", ya sea para conseguir remesas o para trabajar en maquilas. A pesar de esta tendencia de desruralización, el acceso a la tierra y el derecho a la economía campesina sigue siendo una lucha social en el país.

Actualmente existe un gran debate sobre la legitimación de la ocupación de tierras. Los que se posicionan a favor argumentan que es necesaria para asegurar el Derecho a la Alimentación y a la Reproducción Familiar, mientras que los que se oponen a ella hacen referencia a la violación de la Propiedad Privada. Para comprender las raíces de esta situación, Velásquez explicó que "el sumun de las instituciones del estado liberal se mantienen hasta el momento. Se basa en elementos tan drásticos como que, en su primera Declaratoria de Estado, no reconoce a los indígenas como ciudadanos porque ni hablaban español ni tenían "buenas costumbres". Otro elemento es la reforma agraria, que expropia tierras indígenas para la exportación de grano para la alimentación del conquistador, y con el pago de tributos las tierras se entregan a los personajes de la época a través del registro de propiedad". Otro elemento que se mantiene en la actualidad es que sólo se puede litigar lo relacionado a tenencia de tierras en castellano, excluyendo así a la población indígena que tradicionalmente pobló esos terrenos. Los propietarios legales, por su parte, defienden sus territorios con guardias privadas que "al estar desvinculadas del estado violan los Derechos Humanos", y a la hora de reclamar responsabilidades en caso de homicidio, no se facilitan datos para encontrar al culpable quedando finalmente los delitos impunes.

Helmer Velásquez lucha por el carácter social de la propiedad. En su opinión es necesario un mecanismo de resolución de conflictos en el país más allá de las insuficientes tres vias actuales ("la vía voluntaria nunca se usa, con la vía judicial el campesino lleva las de perder y el arbitraje no es usado por ningún finquero"). Así, habría que presionar por el impulso de políticas intemporales del campesino a la tierra; crear una procuraduría agraria, un código agrario y tribunales agrarios; ilegalizar a los guardias armados de los finqueros; derogar el artículo 257 de la Usurpación Agravada; y decretar una moratoria a los desalojos forzados que sea eficaz. Asímismo, en caso de desalojo, se ha de respetar el protocolo de Derechos Humanos de ONU, que plantea la necesidad de facilitar alternativas a los desalojados, algo que en la práctica guatemalteca está lejos de suceder.

Documentos adjuntos

Etiquetas: Derechos Humanos.