2015: ¿Qué mundo para Joana?
La Plataforma 2015 y más, formada por 14 Organizaciones No Gubernamentales que enfocan su trabajo a la consecución de dichos objetivos desde el año 2001, quiere mostrar su rechazo a dicha campaña de imagen que esconde tras una operación de marketing los verdaderos objetivos de varias de estas empresas en el tercer mundo.
Así, Aguas de Barcelona (Grupo AGBAR) ha tenido un papel protagónico en la privatización de los servicios de agua en América Latina, restringiendo el acceso al agua a millones de personas en función de su capacidad de pago y actuando directamente contra la meta de garantizar el acceso al agua y saneamiento básico. Novartis, multinacional farmacéutica, acaba de demandar al gobierno de la India por el uso de medicamentos genéricos que podrían salvar millones de vidas, actuando directamente contra el objetivo 6 –reducción del VIH/SIDA y otras enfermedades infecciosas.
REPSOL-YPF, multinacional del sector petrolero, es responsable del agotamiento de recursos nacionales vitales para el desarrollo de varios países de América Latina, y varios de sus ejecutivos han sido acusados de tráfico de petróleo y gas en Bolivia. El petróleo es la principal fuente de energía emisora de gases invernadero, contribuyendo al cambio climático y actuando contra el objetivo 7 en relación a los planes de desarrollo sostenible. Telefónica ha protagonizado algunas de las privatizaciones del servicio telefónico más controvertidas de América Latina, dificultando el servicio a miles de usuarios y presionando a los gobiernos para el establecimiento de tarifas mínimas inasequibles para la inmensa mayoría de la población pobre, actuando así en contra del objetivo 8 en lo que a acceso a las nuevas tecnologías de información y comunicación se refiere.
Las ONG de la plataforma 2015 exigen auténtica responsabilidad a estas multinacionales en relación a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y les invita a que evalúen, de una manera transparente y coherente, el impacto de sus políticas en América Latina y otros países del Sur si quieren ofrecer a Joana –la niña protagonista de su campaña- realmente un mundo mejor.
Desde la Plataforma 2015 y más trabajamos para hacer realidad el Pacto de asociación para el desarrollo promovido por la ONU a través del Objetivo del Milenio octavo. El papel de las empresas transnacionales en la erradicación de la pobreza y la desigualdad debería ser relevante, a través de una profunda transformación de sus estrategias y políticas de expansión, garantizando que no obtienen sus beneficios poniendo en riesgo los derechos económicos, sociales y culturales de todas las personas en los países en los que tienen intereses.
Estas empresas obtienen beneficios millonarios sin tener en cuenta cuáles son los costos sociales y medioambientales que sus prácticas causan en los países del Sur. Dedicar una ínfima parte de los gigantescos beneficios a una campaña publicitaria por “un mundo mejor” nos parece un ejercicio engañoso e incoherente con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La pobreza y la desigualdad persisten como consecuencia de los diferentes privilegios y estructuras en los que se desenvuelve la actividad económica internacional, no por falta de campañas de publicidad o de expresión de “buenas intenciones”.
Consideramos que las prácticas empresariales deben ser responsables y suponer una contribución inequívoca al desarrollo humano, sostenible y equitativo de los pueblos. Invitamos a las empresas pertenecientes al Foro de Reputación Corporativa, que se concentren en reorientar sus estrategias y políticas empresariales en los países del Sur hacia el respeto y la contribución de los derechos humanos, y así tendrán menos preocupaciones por su propia “reputación”.