RIO+20: la economía verde no puede ser una solución sin un cambio radical del actual modelo de desarrollo
Desde la Plataforma 2015 y más exigimos al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que, junto con los líderes de la UE participantes, defiendan una economía verde justa que tenga en cuenta los límites del planeta y frene la sobreexplotación de nuestros ecosistemas. El cambio pasa por eliminar los subsidios a los combustibles fósiles, estimular los circuitos comerciales locales y la agroecología para alcanzar la soberanía alimentaria y por aportar por el consumo responsable que fomente la eficiencia y la soberanía energética. Es imposible que el sistema que nos ha llevado a la crisis actual nos saque de ella.
En definitiva, una verdadera economía verde se basaría en la economía del Bien Común, incorporando otras dimensiones del desarrollo e indicadores que contemplaran algo más que el crecimiento económico, teniendo en cuenta cuestiones como la calidad y sostenibilidad de la vida. Consideramos necesario que en el seno de Naciones Unidas se revise el papel de entidades como el Banco Mundial por su incoherencia al financiar proyectos de energía fósil, así como de otras instituciones. Solicitamos compromisos sólidos para evitar que las Instituciones financieras internacionales fomenten procesos especulativos como los que se producen en los mercados internacionales de alimentos, una barrera fundamental para erradicar la pobreza. Además, es urgente el control del poder de las transnacionales en todos los niveles, y especialmente en las instituciones internacionales y en los gobiernos de los países, que incluso hasta en nombre la economía verde están acometiendo graves violaciones de los Derechos Humanos, incluidos los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.
La Cumbre de Río+ 20 debería ser un espacio para revalorizar el desarrollo sostenible y avanzar en la transición real hacia un modelo de desarrollo que lleve implícito los límites ecológicos del planeta y equilibre realmente medio ambiente, sociedad y economía. También debería abordar temas como la justicia socio-ambiental y reconocer la deuda ecológica que tenemos con las poblaciones de los países del Sur.
Esperamos, en definitiva, que Río+20 aporte soluciones reales de justicia social y ambiental a los millones de personas que viven en condiciones de pobreza, especialmente en países del Sur, debido, entre otras, a la degradación ambiental de nuestro planeta. No nos podemos permitir un nuevo fracaso.