"Ofertas preelectorales" para el desarrollo
Hace pocas semanas todos los partidos políticos firmaron el único Pacto de Estado que ha sido posible en toda la legislatura: un pacto de estado contra la pobreza internacional. Todos se comprometen a llegar al 0,7% y a orientar la cooperación al cumplimiento de los Objetivos del Milenio. Ya llegan tarde: el 0,7 se propuso hace 40 años y los ODM hace 8 años. O sea que no nos vendan como novedades lo que es su obligación.
El desarrollo, para que sea equitativo, humano y sostenible precisa de muchas cosas, muchas más que el crecimiento y la inversión. Precisa de políticas fiscales y sociales que estén más preocupadas de garantizar y extender derechos sociales que de las ganancias privadas de las grandes corporaciones de capital. Precisa de diplomacias del entendimiento y la cooperación entre los pueblos basadas en el derecho internacional y el respeto a los derechos humanos y no de políticas exteriores en busca de recursos naturales, confrontación o competitividad. Precisa de una defensa democrática y participativa de lo público como garante de la gobernabilidad y la ciudadanía. El desarrollo internacional o es global y para todas las personas o no es desarrollo. Los mercados por sí solos ni reparten beneficios, ni garantizan derechos humanos, ni respetarán los límites que nos impone el medio ambiente.
El 0,7 y los ODM servirán para algo más que para aliviar nuestras conciencias si apostamos como una ciudadanía exigente y coherente, además de bien informada. Para votar contra la pobreza votemos por las políticas públicas sociales y medioambientales con mayúsculas. Votemos por la inclusión de todos y de todas. Las rebajas para otra ocasión.