México, las dos caras de la globalización económica
Las cifras de la desigualdad tienen en México una persistencia dramática. Combina crecimientos económicos anuales más o menos presentables ante las instituciones financieras y ante los acreedores de la comunidad internacional, con un 8% de la población infantil en situación de malnutrición severa. México fue pionera en América Latina en decidir su inserción económica en los espacios de libre comercio con el vecino del norte. Pero aún tiene pendiente una profunda reforma agraria distributiva, o la modernización y reforma del poder judicial para garantizar el cumplimiento de la ley y el estado de derecho.
México aún no resolvió jurídica ni políticamente su realidad: la de una nación pluricultural en la que persisten más de 50 etnias diferenciadas con 60 variedades lingüísticas. Casi 20 millones de personas representan la población indígena más importante de América en un solo país.
México aún no resolvió cuestiones de género fundamentales para el desarrollo equitativo y justo. En el índice de equidad de género publicado por la Plataforma 2015 y más, México se sitúa en los lugares bajos de la tabla, sólo cuatro de cada diez mujeres tienen acceso a la actividad remunerada y la presencia en los niveles políticos de la administración es aún muy baja.
Los poderes políticos y económicos mexicanos no están dispuestos a revisar su agenda de asuntos pendientes, y se garantizan la impunidad para tratar de silenciar las demandas y las denuncias de justicia y reconocimiento de tantos millones de mexicanos. Prefieren seguir manteniendo privilegios que les permitan seguir comerciando con el norte. Aunque sean privilegios para unos pocos a costa del sufrimiento de demasiados.