Para reconstruir Gaza
Egipto, Arabia Saudita y la Unión Europea encabezan una iniciativa humanitarista, tratando de reunir voluntades y aportaciones financieras para un plan de reconstrucción. La próxima cita será en El Cairo el 2 de marzo, donde tendrá lugar la Conferencia Internacional de Donantes para la Reconstrucción de Palestina. Se esperan unos días en las que los distintos donantes anuncien cuáles serán sus compromisos, en las que las noticias serán si finalmente asiste Hillary Clinton y qué mensaje ofrecerá. La misma iniciativa urge a AlFatah y a Hamás a hablar de reconciliación palestina, como si sus diferencias dependieran más de ellos mismos que de distintas formas de reaccionar a la insoportable presión a la que son sometidos los territorios palestinos desde hace décadas. Pero es necesario escenificar al menos un principio de reconciliación. Es necesario para Israel, que no cejará en su decisión de controlar cualquier tarea de reconstrucción para evitar que pudiera beneficiar políticamente a Hamás. Ya tienen la experiencia con Hezbolá después de la guerra en el Líbano.
Mientras tanto el bloqueo israelí sobre la franja continúa activo como en los 18 meses anteriores a la ofensiva del pasado diciembre, impidiendo el libre acceso de las organizaciones humanitarias con sus cargamentos de primera atención para la población palestina.
Esperamos y demandamos de la comunidad internacional que se reúna en Egipto una declaración política más que una cifra improbable. Una declaración que condene lo sucedido y garantice un mecanismo para que todas las acciones ilegítimas de las partes durante estos ataques sean condenadas y reparadas por sus responsables. Una declaración política que regrese y defienda todas las resoluciones internacionales sistemáticamente incumplidas por el Estado de Israel desde hace tantos años. Ojalá que el derecho internacional no quede olvidado entre los escombros. Ojalá que cualquier canto de sirena sobre nuevos procesos de paz no se levante sobre la devastación actual, sino sobre la razón del derecho internacional y de acuerdo a las resoluciones publicadas.
Por el momento y del otro lado de los gobiernos de los países donantes que tienen lamentables limitaciones diplomáticas para hacer frente a la situación, algunas organizaciones sociales realizan iniciativas que, al menos no nos permitan olvidar lo que pasó, como son las demandas judiciales presentadas contra el Estado de Israel por crímenes de guerra.