Enmudeciendo los efectos de la crisis
Pocos días antes la FAO publica un informe en el que asegura que ya existen más de 1.000 millones de personas con hambre en el mundo y apenas se tuvo eco en los medios de comunicación.
Las ciudadanías nos hemos tenido que enterar de cuáles son las exigencias de erario público para sostener sistemas financieros que los mismos ejecutivos y millonarios inversores han puesto en situación de riesgo. También nos han inundado de noticias sobre la importancia de que el plan neoliberal no puede detenerse a pesar de la crisis, con numerosos llamamientos advirtiendo de la peligrosidad de que los gobiernos decidan proteger determinados sectores económicos. Cada poco escuchamos que la crisis terminará este año, o el que viene, o el de más allá, sin saber por qué terminará ni qué medidas han introducido los gobiernos para evitar que pueda suceder otra vez lo mismo.
Cuando la Asamblea de la ONU convoca una reunión para que todos los países puedan expresar sus opiniones y cuenten cómo esta crisis de los ricos está afectando a los más vulnerables y pobres, ni los líderes ni los medios prestan atención. No vaya a ser que nos enteremos. Mientras tanto, los bancos con sus riesgos cubiertos con su dinero, siguen diciéndonos que no hay crédito a consumidores, familias y pequeños empresarios. El empleo sigue desplomándose y nadie se hace responsable, mientras las grandes multinacionales siguen presentando beneficios cada trimestre.
Esta misma mañana los movimientos sociales madrileños han tratado de realizar una acción pacífica de protesta contra la crisis en el Casino de Madrid en el marco de la semana de lucha denominada “Rompamos el silencio”. Han sido detenidos 50 activistas. Siguen tratando de enmudecernos a los que sufrimos la crisis.