Los pueblos de Europa y América Latina promueven alternativas
Esta semana tendrá lugar en Madrid la IV Cumbre de los Pueblos, autodenominada Enlazando Alternativas, organizada a partir del esfuerzo de numerosas y diversas organizaciones sociales en los dos continentes que se niegan a aceptar un modelo de desarrollo basado en las necesidades del capital y con consecuencias desastrosas para las condiciones de vida de las personas y para los ecosistemas naturales de los que somos parte. Ante un proyecto depredador, irracional en el desconocimiento de sus límites y sus ritmos, y antidemocrático por cuanto defiende intereses privados y particulares; cada vez somos más organizaciones que apostamos por la denuncia y la promoción de transformaciones políticas de gran calado.
Denunciamos cómo la Unión Europea conduce sus relaciones con América Latina guiada por los intereses del capital privado, imponiendo restricciones a los ejercicios de soberanía democrática o a la extensión de los derechos sociales, laborales y ambientales de sus pueblos. Por más retórica con que se adornen los discursos o los preámbulos de los acuerdos, los pilares del diálogo y de la cooperación son inútiles para compensar las consecuencias de una relación pensada para reforzar la competitividad del sector privado transnacional de capital europeo. Éste ya es el segundo inversor en la región y no desea detener la espiral de explotación, privatización y desregulación. Por eso les da lo mismo recibir con honores al presidente hondureño puesto por los golpistas, o firmar un tratado comercial con el país que más sindicalistas asesina del mundo. De igual forma, muchos de los gobiernos en la región, representan sólo a las oligarquías agroindustriales que también se muestran dispuestas a obviar las terribles consecuencias de profundizar en este modelo.
El Tribunal Permanente de los Pueblos examinará en Madrid más de una decena de casos documentados, en los que se examinarán violaciones de derechos humanos a consecuencia de la actividad de las transnacionales europeas. Exigiremos cambios de políticas económicas y el desarrollo de la justiciabilidad de los derechos sociales y económicos de los pueblos, de forma que cualquier ciudadano pueda llevar a los tribunales a los responsables del deterioro de sus derechos y sus condiciones de vida. Rechazaremos el invento de la Responsabilidad Social Empresarial con su carácter voluntario y propagandístico. No necesitamos que las empresas se disfracen de “verdes”, sino que cumplan con las regulaciones laborales, ambientales y de derechos humanos en todas las facetas de su actividad empresarial.
Cada día más gente es consciente de la farsa que supone seguir cediendo derechos humanos al mito del crecimiento económico, o al de la supuesta libertad de consumir ilimitadamente. Esta semana nos juntamos en Madrid, y contaremos a quien escuche que cada día más gente en más lugares ya sabe cómo vivir de otra forma. No será fácil, hay quien quiere evitar que el mensaje se propague.
El programa Solidaridad se emite todos los lunes a las 22.00 en Radio 5, RNE.