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"El perfil social del desarrollo", un informe ciudadano sobre las perspectivas de la lucha contra la pobreza

"El perfil social del desarrollo", un informe ciudadano sobre las perspectivas de la lucha contra la pobreza

Por quinto año consecutivo, la "Plataforma 2015 y más" edita su anuario. La presentación contó con la presencia de la Secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Leire Pajín.
Publicado el 13 de diciembre de 2007
Con el fin de servir al análisis y la reflexión sobre las políticas en favor de la justicia social, y como herramienta para el observatorio de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, este año la Plataforma 2015 y más se asocia con la coalición internacional Social Watch para ofrecer además los datos estadísticos de avances y retrocesos en todos los países del mundo.

El anuario de la Plataforma 2015 y más incluye 12 Artículos escritos por especialistas en distintas áreas del desarrollo, así como un estudio global basado en los índices elaborados por Social Watch: el Índice de Capacidades Básicas y el Índice de Equidad de Género, y secciones estadísticas y analíticas por país sobre Seguridad Alimentaria, Educación, Información, Ciencia y Tecnología, Gasto Público, Asistencia al Desarrollo, Medio Ambiente, Salud, Salud Reproductiva y Equidad de Género. Asimismo se revisan algunas de las alternativas de participación ciudadana y coherencia política para erradicar la pobreza.

Foto: P.Acedo/AECI

En la presentación del V Anuario en el Círculo de Bellas Artes en Madrid, participaron Leire Pajín, Secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Rafael Gómez, Alcalde de Leganés y presidente de la Alianza de Municipios del Sur de Madrid por los Objetivos del Milenio, Roberto Bissio, del Secretariado Internacional Social Watch, y Mª Eugenia Callejón y Pablo Martínez Osés de la Plataforma 2015 y más.

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Foto:P.Acedo/AECI

Los ODM no cumplen

La primera parte de este libro recoge el examen de las tendencias de la Ayuda Oficial al Desarrollo y si la orientación actual es la adecuada para lograr el objetivo final de luchar contra la pobreza. Por medio del análisis, el equipo de Economistas sin Fronteras evalúa las tendencias y el grado de cumplimiento de los ODM constatando que los avances son insuficientes y que sin un esfuerzo mayor, no se lograrán las metas previstas. La región del planeta donde el grado de cumplimiento es menor es sin duda África subsahariana, donde no sólo no se avanza al ritmo deseado sino que se observan claros retrocesos. Por ejemplo, la prevalencia del VIH entre personas de 15 a 49 años en 2006 se situó en el 5,7% y de seguir la tendencia actual en 2015 aumentaría hasta el 7,4%. Otras regiones como Latinoamérica y el Caribe, en general presentan una evolución favorable, pero aún se estima que un 7,4% de la población vivirá por debajo del umbral de la pobreza con menos de un dólar diario en el 2015, dos puntos por encima de lo previsto el los ODM.

Tal y como muestran las tablas de indicadores por sector, en la actualidad más de la mitad de la población mundial está excluida de la seguridad social, el 40% de la humanidad no accede a condiciones mínimas de saneamiento, 2 de cada 3 personas analfabetas son mujeres, etc.

El Índice de Capacidades Sociales Básicas evalúa la cobertura de las necesidades mínimas esenciales como la asistencia sanitaria en el parto, la supervivencia infantil hasta los 5 años y el porcentaje de niños y niñas que están escolarizados hasta quinto grado. Estos tres indicadores (salud reproductiva, mortalidad infantil y educación) expresan las dimensiones abordadas por los Objetivos de Desarrollo y señalan el nivel en que se encuentra un país en cuanto a su desarrollo social. Es un índice que no se basa en los ingresos sino en la capacidad de acceso de las personas a los servicios mínimos necesarios para una vida digna. Pero este indicador no es más que un punto de partida, un estadio básico desde el que seguir avanzando hacia el auténtico bienestar. 25 países, principalmente de África Subsahariana, se encuentran en un nivel crítico en la cobertura de sus necesidades sociales básicas, siendo Chad el peor situado a nivel mundial y experimentando un retroceso significativo en su camino hacia el desarrollo.

El Índice de Equidad de Género, está desarrollado para medir la igualdad de género en el mundo, abarca tres indicadores: educación, empoderamiento y actividad económica. Según el Índice de Equidad de Género, no hay ningún país en el que exista la equidad de género total, por lo que es fundamental expandir los espacios políticos para poner fin a la brecha entre hombres y mujeres. Entre los 10 países menos equitativos del mundo se encuentran Togo, Marruecos, Arabia Saudita, Costa de Marfil o Yemen. Sorprendentemente un país como Ruanda, con bajo índice de capacidades sociales básicas, se encuentra entre los 10 países más equitativos junto con Suecia o Finlandia, lo cual demuestra que las políticas de acción positiva promueven cambios estructurales.

Cambios políticos hacia el desarrollo social

A la luz de estos datos es innegable la necesidad de cambiar las políticas y hacer hincapié en el perfil social del desarrollo, en la relevancia de la vigilancia ciudadana para que los gobiernos cumplan sus compromisos y en lo urgente de la participación de la sociedad civil para lograr una distribución equitativa de la riqueza y la realización de los derechos humanos.

Los artículos del Anuario desgranan temas como las migraciones, la sobreexplotación de los recursos naturales o los problemas del actual marco multilateral, con instituciones como la ONU que ven atadas sus decisiones por el control de determinados países y por un exceso de burocratización. También se reflejan la preocupación de los colectivos de mujeres en los países del Sur, que podrían ver mermada su financiación en base a los acuerdos de los países donantes tras la Declaración de Paris.

Alternativas como el ALBA o el Banco del Sur, se analizan aquí como una propuesta dinámica y regional a las deficientes respuestas que las Instituciones Financieras Internacionales han promovido para resolver los problemas del desarrollo y de la lucha contra la desigualdad en América Latina. Son procesos recientes, pero en sus postulados iniciales incorporan explícitamente el respeto a los derechos humanos, la sostenibilidad, y la integración de los pueblos y las personas.

Los ODM se han convertido en un compromiso "fácil" de asumir por todos los gobiernos. Sin embargo, si los ODM no sirven para transformar las grandes políticas que generaron el problema durante décadas, de poco nos valen. El pensamiento neoliberal tiende ahora a sumarse a los discursos de buenas intenciones, siempre y cuando no modifiquen en absoluto el panorama de poder internacional. Para las organizaciones sociales, los gobiernos y las instituciones realmente comprometidas con la construcción de otro orden internacional supone un reto primordial abandonar cualquier actitud connivente con una idea de lucha contra la pobreza sin transformar radicalmente el marco institucional y las relaciones de poder del actual sistema dominante.

En el momento actual, los movimientos sociales nos vemos en la imperiosa necesidad de trabajar en la generación de redes internacionales para ser capaces de ofrecer alternativas y revertir las tendencias de la globalización.

Esta es la primera vez que el Informe Social Watch cuenta con una edición propia en España, la Plataforma 2015 y más forma parte de la coalición internacional Social Watch y ha querido publicar este estudio como parte de su anuario de análisis y reflexión sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la situación política en favor de la lucha contra la pobreza.

Social Watch es una red de organizaciones no gubernamentales presente en más de 70 países que monitorea los avances y retrocesos en el cumplimiento de los compromisos internacionalmente acordados contra la pobreza y la equidad de género. El informe anual de Social Watch es el análisis independiente sobre desarrollo social más reconocido del mundo, este año 2007 fue presentado en octubre en la sede de Naciones Unidas en el contexto del Diálogo de Alto Nivel sobre Financiación para el Desarrollo.

Tal y como se señala en esta publicación, es necesario un nuevo pacto social tanto a nivel nacional como global para lograr un equilibrio entre los derechos individuales y sociales, ambos universalmente reconocidos, así como para equilibrar las normas globales con el fin de reducir la brecha que separa a ricos y pobres.