La incorporación del Enfoque Basado en los Derechos Humanos en las políticas públicas de Cooperación para el Desarrollo: implicaciones para el caso español

Importancia de los Derechos Humanos para el desarrollo humano sostenible. El EBDH como traducción práctica del vínculo entre Derechos Humanos y desarrollo.

Situación actual de la incorporación del EBDH en la cooperación española para el desarrollo.

Ejemplos de buenas prácticas en la incorporación del EBDH en la cooperación para el desarrollo de otras agencias de desarrollo.

Procesos de transversalización en la cooperación española que puedan servir de ejemplo de metodología de partida para la incorporación del EBDH.

Propuesta de guía para la incorporación del EBDH en la cooperación española para el desarrollo.

 

Enfoque de carácter cualitativo y descriptivo.

Lógica de partida: incorporación del concepto "reconocimiento de los derechos".

Marco conceptual: Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos.

Metodología empleada por los actores de la cooperación para el desarrollo que destacan por su experiencia y calidad en la incorporación del EBDH en sus acciones y políticas, como la Unión Europea, el Departamento de Cooperación del Gobierno británico (DFID), o las diferentes agencias del Sistema de Naciones Unidas.

A partir de la información derivada de este análisis, se elabora un mapa de situación que permita establecer las alternativas más adecuadas para la incorporación del EBDH a la realidad española.

El documento consta de tres capítulos más otro de conclusiones. En primer lugar, se plantea la importancia de los derechos humanos (DDHH) para el desarrollo humano sostenible y se muestra cómo el trabajo con EBDH puede unir ambas dimensiones. Para ello, se presenta la evolución de las interrelaciones entre desarrollo y derechos humanos, tratando de sacar algunas lecciones para no repetir errores del pasado.
 

A continuación, se presentan los elementos principales que conforman el EBDH como traducción práctica del vínculo entre derechos humanos y desarrollo. Se analiza para ello tanto el marco normativo en el que se sustenta como su génesis y evolución en el marco de las Naciones Unidas, lo que permite un acercamiento al EBDH que sitúa la realización de los derechos humanos como el objetivo final del desarrollo, basado en normas, principios y valores internacionales de protección y garantía de los derechos humanos, a los que se incorpora mecanismos de rendición de cuentas. Asimismo, se establece una atribución de nuevos roles –titulares de derechos, obligaciones y responsabilidades- que permite concretar el papel de los distintos actores que intervienen en los procesos de desarrollo, determinando la relación que ha de existir entre ellas. La definición de esos diferentes roles supone un cambio paradigmático en la cooperación para el desarrollo, por la transformación en las relaciones entre los diversos actores, con un papel central de los sujetos de derechos, que dejan de ser beneficiarios o destinatarios para convertirse realmente en actores centrales de los procesos de desarrollo, y con el paso de los Estados a ser titulares de obligaciones que tienen, por tanto, la obligación de garantizar los derechos humanos.
 

Finalmente, en el capítulo 3 se analiza el caso español desde la perspectiva de lo que supondría una incorporación real del EBDH: asegurar la centralidad de los derechos humanos en las políticas y prácticas de desarrollo, entendidas desde un enfoque holístico que contribuya a la coherencia de políticas, y definir de forma concreta la atribución de roles, para garantizar el empoderamiento y la participación de los titulares de derechos, así como las obligaciones y responsabilidades de los actores públicos y privados implicados en los procesos de desarrollo. Tras este análisis, se apuntan posibles líneas de acción.
 

En el actual contexto de crisis, en el que la Cooperación Española parece quedar reducida a su mínima expresión, el EBDH ofrece un marco para exigir lo que es de obligado cumplimiento, los derechos humanos, sin depender de la voluntariedad de un gobierno. Los derechos humanos no sólo son irrenunciables en una agenda post-2015, sino que pueden aportarle la fuerza necesaria para denunciar las incoherencias persistentes entre los discursos y las prácticas de la cooperación. Es además un momento propicio, en pleno debate sobre el papel de las ONG, para la recuperación de un discurso reivindicativo y de su rol de incidencia política, fundamentada en este caso en los instrumentos de derechos humanos que el Estado español ha ratificado, y que por tanto son exigibles. Para poder ejercer ese papel de incidencia política, este documento expone los elementos que justifican el trabajo bajo la perspectiva del EBDH y define los aspectos que una política pública coherente con los compromisos adquiridos en materia de desarrollo debe tener. 

 

La incorporación del EBDH requiere asegurar la centralidad de los derechos humanos en las políticas y prácticas de desarrollo y definir de forma concreta la atribución de roles, para garantizar el empoderamiento y la participación de los titulares de derechos, así como las obligaciones y responsabilidades de los actores públicos y privados implicados en los procesos de desarrollo.
 

El EBDH exige un cambio en las reglas del juego internacional. El EBDH ofrece la posibilidad de pensar nuevos modelos de desarrollo, repolitizando los debates desde un enfoque global, que vincula desarrollo, derechos humanos y democracia, y situando a las personas (como titulares de derechos exigibles) en el centro, pero atendiendo también al contexto estructural en el que esos derechos puedan ser garantizados. La definición de un nuevo orden internacional debe atender las demandas de los países en desarrollo y de sus ciudadanos. El enfoque global exige, por tanto, una coherencia de políticas con el desarrollo que permee todas las políticas públicas, una adecuación de los discursos y las prácticas, y un trabajo en los niveles político, programático y operativo consecuente con el objetivo de lograr la plena realización de los derechos humanos.
 

Trabajar por la construcción de ciudadanía a partir del empoderamiento de los titulares de derechos es un paso indispensable. Por otro lado, las políticas de cooperación han de apoyar a los Estados, como titulares de obligaciones, para incrementar sus capacidades para la plena realización de los derechos humanos.
 

La adopción de los derechos humanos como base de las políticas de desarrollo debe implicar también avances en la justiciabilidad de estos derechos. La fuerza del EBDH deriva de su sustento jurídico, basado en los instrumentos del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, ratificados por la mayoría de los Estados, y que por tanto les obligan.
 

Más allá de este sustento jurídico, el significado de los derechos humanos como protección frente a la injusticia ofrece posibilidades emancipatorias aún no plenamente exploradas. En la medida en que los actores sociales sepan apropiarse de esta herramienta de lucha, su capacidad transformadora se verá ampliada, pudiendo contar con aliados que les respaldan.
 

El Estado español se ha comprometido con una política de desarrollo que entiende el desarrollo como la plena realización de los derechos humanos, incorporando los diversos elementos del EBDH y defendiendo la Coherencia de Políticas con el Desarrollo. Asimismo, ha ratificado los instrumentos jurídicos de derechos humanos que sustentan el marco normativo del EBDH. Por tanto, no sólo debería mantener esos compromisos sino profundizarlos, mediante la adopción de mecanismos efectivos que operativicen el EBDH.
 

El contexto actual, en el que en el ámbito internacional se está definiendo la agenda post-2015, es momento propicio para apostar por los derechos humanos como elemento irrenunciable para avanzar en la coherencia de políticas con el desarrollo. Contar con una agenda basada en instrumentos jurídicos vinculantes que definen unos derechos exigibles y justiciables, de los que se derivan obligaciones y responsabilidades, y que inciden en la necesidad de un contexto adecuado para su realización, es sin duda transformadora.

También es un contexto oportuno para aquellas ONG que pretenden recuperar su papel de agentes de transformación social asumiendo un discurso reivindicativo y un papel de incidencia política. La principal recomendación que se puede extraer es precisamente la de estar presentes en los espacios de decisión, participando de la construcción de alternativas para lograr otro mundo posible.