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La integración económica de la mujer: próximo reto para alcanzar la Equidad de Género a nivel mundial

La integración económica de la mujer: próximo reto para alcanzar la Equidad de Género a nivel mundial

La Plataforma 2015 y más, miembro de la coalición española de Social Watch, difunde el Índice de Equidad de Género 2008
Publicado el 7 de marzo de 2008
•Más de la mitad de las mujeres del mundo vive en países que no han hecho ningún progreso hacia la equidad de género en los últimos años.
•Sólo en educación se han alcanzado niveles aceptables de equidad que se acercan a cerrar la brecha de género, pero un 40% de países están retrocediendo.
•En la integración de las mujeres en la vida económica y política, ningún país muestra todavía la paridad absoluta.

Estas conclusiones se extraen del Índice de Equidad de Género (IEG) 2008 que realiza Social Watch, una red de organizaciones no gubernamentales, entre las que se encuentra la Plataforma 2015 y más, presentes en más de 70 países que sigue los avances y retrocesos en el cumplimiento de compromisos internacionales contra la pobreza.

El IEG 2008 clasifica 157 países y analiza tres dimensiones que implican igualdad entre hombres y mujeres; educación, participación económica y presencia en órganos de toma de decisiones (empoderamiento). Lo que se mide es la brecha entre mujeres y hombres, no el nivel de bienestar.

En una escala en la que 100 significa la igualdad absoluta, el promedio mundial es 61 y el país mejor calificado es Suecia con un índice de 89, frente a Yemen con un 29, el país donde las mujeres tienen más difícil equiparar sus acciones a las de los hombres.

Finlandia (85) y Noruega (84) siguen a Suecia en la clasificación inicial, y después Alemania y Ruanda, ambos con 80. Mientras los primeros cuatro países se encuentran entre los más ricos, Ruanda es uno de los más pobres. Es evidente que las mujeres alemanas están mejor educadas y viven más que las ruandesas; lo que el índice presenta es que la brecha que separa su condición de la de los hombres es similar.

El IEG 2008 muestra que el nivel de ingresos de un país no es garantía, por si sólo, de equidad de género. Países que tienen un ingreso per capita muy alto, como Luxemburgo o Suiza, tienen el mismo nivel de equidad que Mozambique, un país con un nivel de ingreso notablemente más bajo. De la misma forma, EEUU es uno de los países desarrollados que en este año ha experimentado un retroceso en su nivel de equidad entre hombres y mujeres, fundamentalmente por la escasa participación de la mujer en la toma de decisiones.

Detrás de los países que avanzan en el Índice de Equidad de Género hay medidas afirmativas como cuotas de género para la participación política en cuerpos electorales y regulaciones pro-equidad en el mercado laboral.

Los indicadores muestran que el progreso hacia la equidad de género es arduo y vulnerable a retrocesos. La educación es la dimensión más cercana a la equidad total, con un promedio mundial de 90. Pero en esta dimensión son más los países que retroceden que los que están progresando. En cuanto al empoderamiento de las mujeres, esta es la cifra con el promedio mundial más bajo alcanzando sólo 35 puntos de 100, pero es también la dimensión en la que más países muestran avances significativos. En lo relativo a la economía, son tantos los países en los que las mujeres progresan como aquellos en los que retroceden.

La dimensión económica del índice de equidad de género mide las brechas en la participación de las mujeres en el mercado laboral y de sus salarios en comparación con los hombres. Entre los 15 primeros lugares en participación económica, los países nórdicos – Suecia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Dinamarca y Finlandia – comparten el honor con diez de los más pobres del mundo: Mozambique, Burundi, Ruanda, Camboya, Ghana, Vietnam, Uganda, Madagascar, Kenia y Guinea.

El índice señala que en la raíz de la mayoría de los retrocesos nacionales en el puntaje total del IEG está la participación de las mujeres en la economía. La integración económica de las mujeres es el reto para conseguir la equidad a escala mundial. Las tendencias globales de liberalización de comercio han convertido a las mujeres en uno de los colectivos más flexibles del mercado laboral, sujetas a desregulación, informalización y descenso de los estándares sociales y laborales.

España tiene un índice global de equidad de género de 77 y ha experimentado avances significativos, principalmente en la participación de mujeres en los órganos de toma de decisiones, pero aún mantiene un escaso nivel en la integración femenina en la actividad económica, que solo llega a 58 puntos.

Consulta Índice de Equidad de Género 2008 Social Watch:

http://www.socialwatch.org/es/avanc...