Entrevista a Magdalena León: "El cambio de sistema no es utopía, es una necesidad"
La economista Magdalena León lanza un puñetazo al aire, tres horas después de que Rajoy dijese que “la crisis ya es historia” en España, y sostiene con su acento ecuatoriano que ha llegado la hora del cambio, que no habrá otra oportunidad. "Es el momento de que la gente se involucre y se comprometa. Se puede", afirma. "El capitalismo no es algo dado, se construye día a día y se puede cambiar. Sin revoluciones, desde dentro".
Lleva menos de 24 horas paseando por las calles de Madrid y percibe una sensación de "destrucción" social y anímica en los rostros de los ciudadanos. Feminista: "Desde bien chiquita". Y economista. "Hay que garantizar los derechos mínimos de los ciudadanos. España tiene que hacer una auditoría de la deuda, que no significa no pagar", matiza. Lo dice avalada por su experiencia. León trabajó con el presidente ecuatoriano Rafael Correa en la auditoría de la deuda que llevó a cabo su país en 2008 y en el denominado proceso constituyente o también llamado refundación del Estado —creación de una nueva Constitución— de ese mismo año.
Ecuatoriana e integrante de la Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía desde su fundación en 1997, su termómetro social ha dado otra vuelta de tuerca desde su última pisada por la Gran Vía en 2012. "Veo a la gente más triste”, observa. Al estilo Zapatero, evita pronunciar la palabra maldita para referirse a la causa de la vorágine de los tiempos que corren: la crisis. "Se están desperdiciando talentos", manifiesta. "Cuando hay subempleo la gente no hace lo que quiere y eso se traduce en una pérdida de derechos y de dignidad".
Su afán por el cambio se traduce en un una serie de propuestas denominadas "del Buen Vivir" como paradigma alternativo al desarrollo. Precisamente ha visitado España para exponerlas en el marco de las segundas jornadas "Otra economía es posible", celebradas en Madrid los días 12 y 13 de diciembre.
Pregunta. Sus propuestas tienen muchas similitudes con las de Podemos.
Respuesta. Desde que he llegado a España no he oído hablar de otra cosa y eso es bueno.
La coordinadora del Grupo Nacional sobre la Deuda cuenta que el estudio se dividió en tres tramos: la deuda comercial, la bilateral y la multilateral. La comercial, dice, era la que más peso tenía en el presupuesto ecuatoriano y con la auditoría, cuenta, se demostró que había mucha ilegitimidad. "Entonces se convocó a los bonistas en una estrategia secreta para que los mercados no se enterasen y renegociamos los pagos, que no es lo mismo que no pagar", insiste. Así, afirma, la relación entre el pago de la deuda y la inversión social se invirtió por primera vez en Ecuador y, sostiene, supuso una palanca de cambio para el país.
P. ¿Puede un presidente ser feminista?
R. Puede comprometerse con la tesis. Quizá, cuando haya otra evolución humana, el feminismo esté a disposición de quien quiera, pero no ahora. La lucha feminista viene de la noción de la de experiencia y nosotras proponemos políticas dentro del sistema capitalista para cambiarlo.
León considera que, gracias al movimiento 15M, el feminismo en España tiene las ideas más claras. Un feminismo con propuestas, dice, pero golpeado también por el capitalismo. "Este sistema utiliza las desigualdades en beneficio propio y ha hecho un gran daño a las mujeres. España fue un ejemplo en las políticas de igualdad. ¿Cómo se puede derrumbar todo eso de un día para otro?".
P. ¿Por qué en España votamos a los corruptos si ya sabemos que son corruptos?
R. Porque no se tiene conciencia de lo público. La gente no se comporta igual frente a un banco privado que frente a una institución pública. En la cola del banco la gente no protesta y en la cola de la Seguridad Social, sí. "Esto no funciona", se escucha en los hospitales. Lo público no es de nadie y hay que enseñar que sí, que es de todos.
En España, el primer gran recorte social de la crisis lo hicieron los socialistas, con Zapatero, en 2010. "El socialismo apenas existe en Europa", responde. "Ahora todo lo absorbe el capitalismo. Y esto se traduce en una decepción muy grande para la gente que les votó. Algo parecido nos pasó a nosotros en América Latina y de ahí nacieron los movimientos sociales, tal y como está pasando ahora en España. Nosotros estos movimientos los transformamos en partidos para cambiar las cosas y para oxigenar la democracia".
P. ¿Entonces, el voto es el que resuelve los problemas?
R. El voto solo no resuelve nada. Hay que votar y comprometerse. Ya no es utopía el cambio de sistema, es una necesidad.